Golondrina

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Siempre lo he tenido claro: yo soy golondrina, no búho. Me encanta la brisa fresca de la mañana, ver desde las calles desiertas cómo despierta la ciudad, cómo de la nada van surgiendo los olores a café y pan tostado.

Me gusta oír en cada esquina el trajín matutino de las cocinas; imaginar las conversaciones furtivas de los amantes que se resisten a salir de la cama…

Me encanta la mañana, ver cómo el Sol asoma detrás del mar, escuchar el primer canto de los pájaros, el ladrido de algún perro que llama a su dueño o simplemente el ruido de las ventanas al abrirse.

Me parece un lujo poder sentir en la cara el primer rayo de luz o, incluso, contemplar como éste se cuela a través del visillo sin ni siquiera pedir permiso.

Las mañanas sin carreras me emocionan y me recuerdan que suponen el comienzo de un nuevo día cuyo guión está aún por escribir. Y, sobre todo, me hacen ser consciente de que yo soy la única que puede escribir en ese papel aún en blanco… en nuestras manos está.