Lejos de iniciar un camino de reivindicación pensando en recomponer su imagen como equipo y salir pronto de la zona de promoción en la cual se encuentra inmerso, San Lorenzo se llevó del Sur la desagradable sensación de comprobar que el semestre será aun más duro de lo que se imaginaba y que encima y al menos por ahora no se avizoran tiempos de cambio.
Renovada la ilusión, lo que finalmente imperó en el terreno de juego y de forma cruda, cruel y dolorosa fue la realidad. En estado de angustia permanente, San Lorenzo fue invadido de forma impetuosa por su pasado inmediato y chocando de frente ante un Lanús autoritario, consistente y efectivo repitió los errores de siempre e incluso llegó hasta a empeorar sus producciones en el pasado apertura y en los recientes amistosos de verano.
Ampliamente superado, San Lorenzo recibió tres goles en los primeros veinticinco minutos de juego –todos de pelota parada- y exhibiéndose inseguro y angustiado vivió anclado en el desconcierto y la desesperanza, siendo incapaz de de reaccionar ante tan dura realidad y dejando en evidencia lo mucho que le cuesta tomar la iniciativa, generar juego y crear opciones de peligro.
Amen de la presión inicial, el equipo no evidenció en ningún momento argumentos que inviten a los hinchas a creer en que era posible un debut distinto. Sin respuestas ni en el primer tiempo ni en el segundo, en el que ya echo efectivo el cuarto gol de Lanús Carlos Bueno anotó el descuento, el dirigido por Leonardo Carol Madelón fue un equipo nervioso –finalizó el encuentro con dos hombres menos producto de las expulsiones de Nicolás Bianchi Arce y Fernando Meza- y endeble, en el que lejos de recaer solo en algunos jugadores las responsabilidades se repartieron en partes iguales.
La derrota duele y condiciona, pero pensando en el futuro inmediato solo debe servir para que el equipo se replantee errores e intente corregirlos de inmediato. “Nadie esta muerto” dijo Madelón al termino del encuentro. El mensaje deberá ser captado. Y la realidad modificada lo más pronto posible.