Gong Rumbo salió en libertad en 2004 después de cumplir una condena de ocho años por violar a una joven de 15 años de edad. Después de encontrar un piso de alquiler en la ciudad de Jiamusi, en el extremo oriental de China, se dispuso a buscar trabajo. Ante la imposibilidad de encontrarlo, se dedicó a pasar el tiempo en cibercafés, conectado a internet y jugando con videojuegos, como lo hacían muchos desempleados de la zona, aunque prefería otras actividades: engatusar a niños y atraerlos a su casa para abusar sexualmente de ellos y después acabar con su vida. Rumbo aprovechaba las ocasiones en que muchos niños se encontraban solos durante la mayor parte del día, sin la supervisión de ningún adulto, puesto que sus padres se encontraban trabajando. El 28 de febrero de 2006 un niño pudo escapar de la vivienda y presentarse ante una comisaría de policía, por lo que poco después el pedófilo asesino fue detenido en un cibercafé. Tras el registro de la vivienda de Rumbo, los policías encontraron cuatro cuerpos en descomposición y la ropa de los niños a los que había abusado. Un total de seis jóvenes, de edades comprendidas entre los 9 y 16 años de edad fueron agredidos sexualmente y asesinados por Rumbo entre marzo de 2005 y febrero de 2006. Las críticas a la policía no se hicieron esperar por su desidia ante las denuncias de niños desaparecidos y la falta de control sobre el pedófilo una vez fue liberado. Gong Rumbo, de 33 años de edad fue sentenciado a la pena capital y ejecutado en diciembre de 2006.