Mentalmente le contesté que si a lo primero. Algo a lo segundo –mi primer libro de poemas de D. Luis lo compré en 1972-. Pero le confesé mi ignorancia total sobre quien fue en realidad, y que aportó Don Luis de Góngora y Argote al mundo de la poesía y de las letras.
Llegado a este punto, se hace necesario el experto, acudir a la fuente, tratar de encontrar lo que no está gastado a pesar del tiempo:
“La biografía ha sido, en general, un modo de engañar al lector. El biógrafo se cree en el deber de fingir que lo sabe todo. O casi todo, porque alguna rara vez confesará una ignorancia. Lo confesará para que resalte más su sabiduría en todo el resto. Si no fuera un mentiroso, cualquier biógrafo debería empezar por decir que de su biografiado lo ignora todo: que tiene en las manos unas pequeñas vislumbres, y que su empeño loco es, con esos escasísimos retazos, reconstruir la larga cinta cinematográfica de una vida”. “En el caso de Góngora, todo parece comenzar bien. Poseemos su retrato. Sabemos que le retrató Velázquez cuando el poeta tenía 61 años. Tenemos varias réplicas. ¿Cuál fue la que pintó Velázquez? A mí el retrato que más me gusta es, sin disputa —a pesar de la discutible restauración— el de Boston. ¡Menuda suerte poseer la vera effigies del hombre que buscamos, y pintada por tal maestro!”Dámaso Alonso
caduco Dios y rapaz.
Vendado que me has vendido
y niño mayor de edad.
Por el alma de tu madre,
que murió siendo inmortal,
de envidia de mi señora,
que no me persigas más.
Déjame en paz, Amor tirano,
déjame en paz.
…Y me quedé solo ante la visión talar del clérigo, ante su dibujada representaciónque puse cercana, su misteriosa vera efigie de censor afilado, grave y desdeñoso, decordobés socarrón en el hastío. Y junto a él escribí el amargo verso final de su soneto aun pintor flamenco que lo retrataba: «quien más ve, quien más oye, menos dura». Mequedé solo ante la suma, abrumadora belleza de su poesía.
…Don Luis era hombre de mundo (y hasta de demonio y carne)… “la mano culta, no porlos brillantes que luce, sino por los versos que escribe”.
... Príncipe de la luz, príncipe de las tinieblas, fue llamado en su siglo. La luz y las tinieblas, los atributos del ángel rebelde, de Luzbel; poesía, pues, satánica, en lo que tiene de subversiva, de novedad airada, de giro buscadamente ensorbecido, de hermosura de las tinieblas tal en la cita de Luis Cernuda: “demonio arisco que ríe entre negruras”.
de este lance tan subido
tanto más bajo y rendido
y abatido me hallaba.
Dije: ¿No habrá quien alcance?
Y abatíme tanto, tanto,
que fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance…
… Y en el principio era el verbo, es decir, Góngora. Si la poesía se hace con palabras, nocon ideas, como quería Mallarmé, o para acercarnos más a nuestro aprisco, si es «palabraen el tiempo», que dijo Machado ¿qué sería de las letras hispánicas e incluso dellenguaje para andar por casa, coloquial, que se dice ahora, sin esa lluvia de oro fecundantede grave retórica, o de jocunda vivacidad, sin el ingenio del cordobés?
Antonio Marichalar, Federico García Lorca, José Bergamín, Moreno Villa, José María Hinojosa, Gustavo Durán, Dámaso Alonso, Gerardo Diego
… Los jóvenes del 27 tomaron el rábano por las hojas, pero no era su poeta. Les sirvió de vanguardia oportuna para sus poemas más herméticos, y aplaudiendo al cordobés seguían la línea que dictaba el surrealismo francés, las recetas de Freud y la cerrada cámara asfixiante de Mallarmé. Pasado el relampagueo del centenario, Lorca, con el fervor de un converso a otros ritos, exclama: “ya está bien la lección de Góngora”. Y sin embargo don Luis le acecharía aún todavía por las aceras de Nueva York.
Una sección de circo se iniciabaen la constelación decimoctava.
La poesía de hoy, ¿le debe algo a Góngora? La de hoy, como la de su tiempo y siglo posteriores le debe el caudal sonoro e impetuoso del lenguaje, la perfección gramatical latinizante. Nos enseñó a hablar…
Goza cuello, cabello, labio y frente
Antes que lo que fue en tu edad dorada,
Oro, lirio, clavel, cristal luciente,No sólo en plata o viola truncada
Se vuelva, mas tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra,
en nada.
Para otra ocasión, dejaremos sus disputas con Lope de Vega y mi admirado Quevedo.Volveré a Don Luis para decirle, ya sé un poco más.