Acabemos el año con Bilis, no porque tenga especial interés sino porque es noticia. Si creíamos que el día que tumbaron la “Ley Sinde” en el Senado, habíamos avanzado algo, estamos muy equivocados. No sólo la “ministrísima” está convencida de que su ley será aprobada, (lo que hicieron con las votaciones a última hora es una vergüenza, y no hay otra forma de explicarlo) sino que aparte de convertirse en la persona más odiada de la política actual, está haciendo amigos por todas partes. Cantantes como Alejandro Sanz, actores de la talla de Javier Bardem y demás miembros de la cultura nacional la están alabando y tildando a los usuarios de internet de ladrones. No pienso volver a entrar en el debate, pero tiene tela. Ayer se hacían eco varios periódicos de una subvención que la película “Mentiras y Gordas”, en la que Gonzalez Sinde participó como guionista, ha recibido una subvención de un millón de euros.
Pero veamos en qué consiste dicha subvención. “Mentiras y Gordas” fue escrita en el año 2004, cinco antes de que Sinde se convirtiera en Ministra de Cultura, y según el productor del film, ella cobró lo que se estipulaba en su contrato, “unos 20.000 Euros”. El coste final de la producción ascendió a más de tres millones de Euros y recaudó cuatro, gracias a todos aquellos que, tras la oportuna censura de Saw, se volvieron hacia la película con un poco de recelo, curiosidad, indiferencia, enfado y ganas de comprobar cómo de malo era el trabajo de una persona que ya amenazaba con dar guerra. Así que según la legislación vigente, por haber sido de las que más recaudó en su primer año de exhibición, le corresponde dicha cantidad, sólo igualada por “Los abrazos rotos” de Pedro Almodóvar. Ese millón se dividirá en tres partes, 900.000 para Agrupación de Cine 001, 5.000 para Castatiore Film y otros 5.000 para Tornasol Films.
Pero antes de lanzarnos a por ellos como maníacos desbordados, debemos aclarar que la película se ha llevado ese dinero porque lo merece, aunque el último director del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales haya declarado que esos procedimientos son un fraude, y aunque resulte muy sospechoso que, justamente, la película en la que ha entrado la ministra haya recibido una cantidad de dinero tan brutal. Es posible que ella no haya tenido nada que ver con las decisiones (dependientes del Ministerio de Cultura, tengo que añadir) que han llevado a que la película obtenga dicha subvención, pero todo huele ya muy mal después de los últimos atropellos y estupideces que se están llevando a cabo ya que, por poner un ejemplo, la película “Che: Guerrilla” sólo obtuvo 200.000 euros de ayuda. Nos da a entender que esto es algo muy parecido a lo que pasaría si finalmente esa “comisión independiente” que quieren aprobar pudiera decidir qué páginas cerrar y cuándo hacerlo. Sea este un movimiento limpio o no, lo cierto es que sólo sirve para echar más leña al fuego y conseguir que gente como Alejandro Sanz y Bardem se conviertan en los nuevos “Ramoncín”.