Dicen que los grandes escritores son aquellos que permanecen ocultos detrás de las historias que nos cuentan sin que apenas se note su presencia. Esa es una de las grandes cualidades que poseen las diez historias que Menoscuarto Ediciones ha editado bajo el signo de la calidad y el aprecio por los libros; un esmero y un cuidado por la edición, que Calcedo ha devuelto con no menos maestría, pues de nuevo nos vuelve a demostrar una vez más por qué es uno de los grandes cuentistas españoles, si no el mejor. Lo que nos lleva a pensar, que si su lugar de nacimiento en vez de Palencia, fuese cualquier pueblo o ciudad de los Estados de Wisconsin o Minnesota, estaría becado por alguna universidad, para así no tener que preocuparse nada más que de escribir y poder dejarnos un mayor legado (al estilo de Raymond Carver por ejemplo). No obstante, su amor por el relato corto es tan intenso, que le lleva a editar un libro de relatos por año. Un esfuerzo que no siempre se ve recompensado, pues con más asiduidad de la deseada, se ve inmerso en la decisión última de volver a su trabajo en la Administración, como recientemente explicaba en una entrevista. Esta recopilación de cuentos, al menos, le ha traído un pan bajo el brazo en forma de Premio NH al mejor libro de relatos publicado en España en el año 2010, lo que sin duda, nos permitirá seguir disfrutando de su empeño por el relato corto en detrimento de la novela.
Una excelente aproximación a este libro de relatos y al universo literario de Calcedo, es sin lugar a dudas, la reseña que Miguel Ángel Muñoz ha hecho de ambos en su blog El síndrome Chéjov (http://elsindromechejov.blogspot.com.es/2011/02/el-prisionero-de-la-avenida-lexington.html#!/2011/02/el-prisionero-de-la-avenida-lexington.html), y que desde aquí, recomiendo por su gran valor literario y acierto.
Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.