Empezamos nueva etapa.
Como ya mencioné, este último mes ha sido bastante duro, no hemos publicado porque no había el momento: ni tiempo material para poder conectarse a Internet, ni momento emocional de contar la experiencia.
Hace unas 3 semanas renunciamos a ser directores/coordinadores de la casa de acogida de Shekinah. Hay dos motivos principales:
Por un lado la falta de espacio personal, trabajar las 24 horas, sin tiempo para nada, ni para dar un paseo o tomar un café, ni conocer gente o darse un baño relajado, la vida personal se ha visto significativamente reducida. Tanto mi mente como mi cuerpo me han dicho basta, creo que he aprendido la lección y estoy muy contenta por ello.
Por otro lado un sentimiento de impotencia muy grande respecto al trabajo con los niños. En la casa de acogida, además de los educadores, hay muchas personas que intervienen con los niños y es muy difícil hacer un trabajo coordinado y coherente. No nos vemos capaces de solucionarlo, seguramente no conocemos suficiente la cultura de aquí para hacerlo y tampoco nos sentimos preparados. Es duro pero así es. Otro aprendizaje más.
Después de renunciar como coordinadores de la casa nos planteamos nuestro nuevo rol. Por varios motivos pensamos que lo mejor para todos era dejar la Fundación. La decisión no fue nada fácil pero era un buen momento respecto a los niños porque muchos estaban en proceso de reinserción familiar. La despedida nos ha costado mucho, sobre todo por los niños
Viernes llegamos a Quito, hemos estado todo el fin de semana visitando pisos amueblados en alquiler y al final hemos encontrado uno que nos encanta. En Quito hay varias organizaciones con las que nos gustaría colaborar y seguro que encontramos alguna forma para hacerlo. Ya os contaremos como va la cosa.
Así que aquí estamos, muy contentos con todo lo que hemos vivido y motivados por lo que nos espera. Seguiremos trabajando con niños y aprovecharemos la ubicación de Quito para conocer la parte más indígena del país.
Show must go on!!!!