Desde el primer momento sabemos, o, por lo menos, intuímos -con una sensación de certeza irrefutable- qué va a buscar el viejo William a Blowing Mountain. Si sus intenciones no son una incógnita, sí lo son sus motivos. Uno podría esperar, entonces, que el desarrollo del film fuera ofreciendo algunas respuestas, o que un final implacable develase el enigma. Pero, más allá de alguna conjetura, el film nunca resuelve los interrogantes.
Goodbye Solo rehúye al efectismo del relato, y al evadir ese casi imperativo del cine "rendidor", permite que la mirada del espectador se concentre en la relación que, en una encrucijada clave de sus vidas, construyen los protagonistas de la historia. Hablamos, desde luego, de la amistad. ¿No se supone que la amistad es un sentimiento que sedimenta con el tiempo? ¿No indica eso cierto sentido común fuertemente arraigado? Parece imposible, entonces, que dos hombres que apenas se conocen, que provienen de tradiciones culturales muy distintas y cuya relación, para colmo, se ve mediada (al menos en principio) por el mercado, puedan "hacerse amigos" en unos pocos días. ¿O no? Sobre esa afirmación trabaja Goodbye Solo, proponiendo el vínculo entre William y Solo como su conmovedora refutación.
Muy recomendable.
Dirección: Ramin BahraniGuión: Bahareh Azimi y Ramin BahraniElenco: Souleymane Sy Savane, Red West, Diana Franco Galindo y otros