Conocido con el nombre de Google TV y es la enésima encarnación del gigante de la red, un proyecto de colaboración entre Intel, Sony y la propia compañía para crear un complemento capaz de transformar al televisor en un dispositivo permanentemente conectado.
Muchos de los televisores de gama alta que llegan estos días al mercado incluyen la posibilidad de descargar “aplicaciones” para, por ejemplo, ver vídeos de Youtube o fotos de Flickr.
Pero por ahora se trata de un mercado muy fragmentado en el que cada fabricante parece estar tomando su propia dirección.
GoogleTV tomaría la forma de una pequeña caja equipada con un procesador Atom y el sistema operativo Android que estaría abierta, como los teléfonos, para crear aplicaciones por parte de terceros. Con el tiempo sería posible integrar el servicio en la propia pantalla, si los fabricantes están de acuerdo.
Para Google (o Apple, en caso entrara en el juego) las ventajas son más que evidentes:
1. Control del canal justo en un periodo de transición hacia servicios bajo demanda de la red, vídeos, series y películas
2. Se abre la puerta a la publicidad en TV, mucho más interesante y lucrativa que la de la web.
3. Posible primer paso en el mercado de los videojuegos.
La Wii ha demostrado que a veces una idea original vale más que unos buenos gráficos. Con Google TV o Apple TV hay además una sinergia con la movilidad. El teléfono podría convertirse en mando.
Llevar la web a la tele ha sido una de esas ideas que nunca ha terminado de cuajar.
A finales de los 90 Microsoft creyó que esta estrategia le otorgaría el dominio de la red pero su iniciativa WebTV fracasó porque en las pantallas de tubo la resolución no era la adecuada para disfrutar de la experiencia de navegación.
Hoy en día con las pantallas Full HD la historia es diferente. Muchos usuarios de hecho tienen un PC conectado al televisor, aunque al igual que sucede en el teléfono el uso de aplicaciones específicas, por ejemplo para Facebook o Twitter, probablemente simplifique el uso.