Pero he seguido buscando y, por fin, he encontrado una grieta por la que deslizarme y hacer algo. Ya puestos a actualizar el nuevo skyline de Japón en su servicio Google Street View, Google debería ponerse también manos a la obra para incluir Palestina en este servicio de paseo virtual por las calles de cualquier lugar del mundo. He firmado una carta, promovida por la ONG Actuable, dirigida a Mr. Google (Larry Page, Sergey Brin y Eric Schmidt) para que los asentamientos ilegales de colonos israelís (acaban de aprobarse más todavía), los cortes de calles (centro neurálgico de la vida diaria) o los muros dejen de ser invisibles en Palestina. Sus calles, cicatrices abiertas de una tierra también devastada, estarían abiertas, aunque fuera de forma virtual, a la mirada pública, que estos días enfoca a Oriente. Cuantas más firmas, más grande se hará esta otra ola y, quizás, antes cambie la fisonomía de esta tierra en tsunami perpetuo.