Miércoles. Tres personas diferentes en tres puntos alejados entre si. Empezaba a ser preocupante. Si cobrara un euro por cada respuesta podría comprarme una camiseta. El jueves salí a la calle dispuesta a evitar cualquier interrupción en mi rutina habitual. aún así no pude esquivar a dos personas; debe ser mi número de la suerte, que necesitaban saber su localización geoespacial. Una cosa es que me pregunten como llegar a un sitio pero otra muy diferente es que te miren con cara de desconcierto esperando conocer su posición. Esto no es el Call of Duty, esto es la vida real, mira las placas con los nombres de las calles.
El viernes decidí llevar a cabo un experimento. Yo misma paré a dos personas por la calle. A la primera le pregunté como llegar a correos y me envió a la vieja oficina que está cerrada en vez de a la nueva que lleva unos cuantos meses operativa. A la otra persona le pregunté si iba bien para la biblioteca pública, me indicó mal el camino a seguir. Llegados a este punto me mosqueé. El Karma me falló. Yo hice un total de 9 buenas acciones dirigiendo a ala gente a su destino de forma educada y eficiente y a cambio recibo información errónea y una mirada que me dio ganas de ducharme nada más llegar a casa.
El fin de semana nada ocurrió. No salí de casa, así que nadie tuvo acceso al ese localizador portátil que es mi cerebro.
A la próxima persona que me pare por la calle pienso darle un papel que llevo en el bolsillo. "Soy sordomuda y llevo una semana viviendo en Santiago". Tal vez me haga una camiseta.¿Excesivo? Tal vez pero a veces llega un momento en la vida :) no no en serio. A veces puede ser muy cargante vivir en una ciudad turística. Siempre estarás en el punto de mira de algún despistado mapa en mano que no sabe que lo que tiene justo detrás es la famosa Catedral.