Hace algunos días, te presentábamos por aquí Gorgo Legacy, la nueva novela gráfica en la que Titanic Creations recupera al viejo kaiju de los 60. En un momento, te contábamos que “Gorgo no es una copia de Godzilla (aunque tampoco al revés)”. Esto no necesita de más comentarios en cuanto a la novela (Carson Bingham, 1960) y la película (Eugène Lourié, 1961) de Gorgo pero, tras revisar el capítulo 12 de Dinosaurs Ever Evolving (2016) del imprescindible Allen A. Debus, creemos que es necesario realizar una comparativa entre el cómic book de Charlton (1961-1965) y la saga de Gojira (de 1954 a comienzos de la década de 2000).
Para empezar, es pacífico que Gojira (1954) fue influenciado en parte por El monstruo de tiempos remotos –de hecho se iba a titular inicialmente de un modo muy parecido– y King Kong (1933). Sin embargo, aunque Gorgo sea posterior a las dos primeras entregas de la saga de Godzilla, no hay evidencia convincente de que estuviera abiertamente influenciado por ellas. Según Lourié (My Work in Films, 1984), Gorgo fue concebido como un dinosauroide, una variación de sus películas anteriores (El monstruo de tiempos remotos, 1953; El monstruo submarino, 1958). Según el director, el guión cumplía una promesa que le hizo a su hija, en tanto “los monstruos no fueron asesinados sino que se retiraron majestuosamente a las profundidades del mar”.
Cuando la última aventura de Gorgo llegó a los quioscos, Godzilla contra Ghidorah, el dragón de tres cabezas (Ishirō Honda, 1964) estaba a punto de estrenarse en Estados Unidos, presentando el primer encuentro de Godzilla con un monstruo del espacio exterior; el kaiju se alía con otro monstruo gigante, el alado Rodan, para vencerle. En el décimo cuadernillo del cómic (1962), Gorgo se había enfrentado a kaijus alienígenas (véase ilustración al pie), y en el duodecimo (1963), se alió con un monstruo alado, el kaiju Reptisaurus, aparecido en la película danesa Reptilicus (Poul Bang, 1961) y que el propio Joe Gill había adaptado a viñetas junto a Bill Molno [1], mostrándose ante los norteamericanos por fin como héroes a los que deben admirar, en lugar de bombardearle continuamente con armas atómicas. Por cierto, esto no sucede en las películas de kaijus, niponas ni americanas, pero en los cómics la catarsis nuclear se consuma y, de hecho, muchos de los superhéroes de la edad de plata serán hijos de la radiación (Los 4 Fantásticos, Spiderman...).
“Monsters for the Moon” (Gorgo #20, 1964) introduce dos nuevas tramas que también se materializaron luego en la serie de películas de Godzilla: viajar al espacio (como sucederá en Godzilla vs. Space Godzilla, 1994) [3] y ser replicado como robot, como acontece al kaiju nipón en Godzilla contra Cibergodzilla -Gojira tai Mekagojira- (Jun Fukuda, 1974). Los rusos anestesian a Gorgo y lo duplican como un engendro mecánico para enviarlo a la Luna. Pero el original, que iba a ser destruido, despierta y se cuela en la nave, de modo que alunizan ambos. Allí, el original pone las cosas en su sitio, incluyendo a los belicosos selenitas.
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[1] En 2012 se reeditó en Scary Monsters como Scarisaurus the Scary.[2] Más recientemente, hemos visto civilizaciones submarinas en Godzilla: King Of The Monsters (2019).[3] “A Space Godzilla” (1979) es un cuento ilustrado publicado en dos partes en las ediciones de febrero y abril de la edición japonesa de Starlog. Se basa en una idea para una nueva película del kaiju, que Toho descartó. Sin embargo, la trama parte de una versión alternativa del kaiju en la que éste tiene un origen extraterrestre.