Gorriones acostados y tomando sol

Por Saguzar
Este año he sacado tantas fotos de aves que todavía me quedan por mostrar algunas. No son bonitas, además son de una especie muy común, introducida además que muy poca gente le presta atención, son de gorriones (Passer domesticus).
Lo que llamó mi atención es que estaban tomando sol en la cornisa de la escuela nº 16, en pleno centro de la ciudad, en frente a la plaza Virrey Vértiz (nombre que no me agrada) más conocida por todos como plaza España. Varios gorriones d ambos sexos estaban de costado apoyados contra la pared tomando el sol matinal que a esa hora y en el mes de enero estaría cerca d e los 27 o 28ºC a la sombra, por lo que me impactó ver a estos gorriones al reparo y con el reflejo de la pared blanca.






Para no desentonar en el césped de la plaza había una calandria grande (Mimus saturninus) tomando sol de costado. Le tomé fotos de lejos, no pude acercarme ya que era recelosa, a pesar de ser en la ciudad aves tolerantes esta lamentablemente no lo era y me dejó con las ganas de sacarle mejores fotos.


Mi intriga es por qué tomaban sol con una temperatura alta, incluso he visto un hornero en la misma situación con una temperatura aún más alta (subiré esas fotos pronto). Buscando información sobre el tema encontré que las aves se benefician al igual que los humanos con una dosis de luz ultravioleta con la que sintetizan la vitamina D. El sol les ayudaría a  no padecer tumores, en la calcificación correcta de los huevos y en la osificación de sus huesos. Otro factor sería el correcto funcionamiento  de la glándula tiroides, la glándula pineal y los ritmos circadianos. La luz solar también favorecería el crecimiento  y mantención de las plumas, en definitiva disminuye el stress y aumenta el bienestar de las aves.
 La luz ultravioleta mejora también la percepción de los colores de las aves, ya que estas son capaces de ver colores más allá del violeta, colores que los humanos no podemos percibir.