Los gorriones se alimentaban en la zona arenosa entre los prados y la playa propiamente dicha, seguramente de semillas, y aunque compartían el espacio con gorriones comunes se mantenían unidos entre ellos. Son muy esquivos, y a la mínima señal vuelan a sus posaderos favoritos, árboles y cables de teléfono.
Esperemos que este grupito se mantenga hasta la primavera y establezca una pequeña colonia de cría por el área, sería una estupenda noticia.