Hay que reconocerle ciertos puntos a su favor. El más importante que es capaz dereproducir el ambiente desolador y decadente de la ciudad de “Gotham” parecido al que envolvía los comics e incluso las películas previas. Parece una ciudad asediada por la contaminación, la lluvia y la desesperanza, como reflejo de una sociedad corrompida y un sistema injusto que al fin y al cabo es la tendencia a la que nos vemos empujados. Ese fue el caldo de cultivo de Batman.
Como en toda serie palomitera que se precie últimamente aparecen dos tramas interrelacionadas: por una parte los casos semanales que tienen que resolver James Gordon y la policía de Gotham, y por otra parte el devenir cotidiano de las vidas de personajes archiconocidos como un joven Bruce Wayne, Catwoman, Enigma, o Harvey "Two-Face" Dent. Todos ellos mucho más jóvenes e inocentes respecto al punto en el que Batman comenzó a ser Batman.
Ahí está la novedad de la serie pero también su debilidad. Mostrar a los protagonistas de los comics en su niñez o adolescencia es original, desde luego, pero también hace que los televidentes adultos no se enganchen con las tramas porque esperan ver a Batman y sus villanos tal cual los recuerdan. Pero además apenas consigue que los más jóvenes entiendan la trama, porque, en su mayoría, no saben dónde acaban estos personajes.
Pero al igual que se deben alabar a unos se deben criticar a otros. Y el peor de ellos, también por ser el protagonista, es Ben McKenzie como el detective James Gordon. Ha sido una autentica decepción después del estupendo trabajo que tuvo en “Southland” (aunque bien es cierto que en aquella todos estaban de lujo). Su actuación es plana, aburrida e insegura. Sobreactúa hasta convertirse en un personaje absurdo, algo tal vez aceptado en el comic, pero ridículo en la televisión. Su personaje está carente de fuerza, de credibilidad y de garra. Es un secundario más cuando debería ser la piedra angular de la serie.
Igual o más lamentable es la actuación de Donal Logue como Harvey Bullock, compañero con dudosa ética y espantoso gusto que acompaña a Gordon y le guía por los recovecos de Gotham. Su papel es igual de insustancial como el de “vikings”, como el de “copper” o el de “sons of anarchy”. No queda nada de ese actor que me fascinó el “terriers”, una de esas maravillas extrañamente cancelada, porque es una comparsa lineal y monocorde que aporta nada a la serie. Su decadencia desde secundario en películas de éxito a secundario aburrido en series de televisión puede acabar en el olvido absoluto
Para acabar, solo insistir en que Gotham es una serie interesante porque al menos no decepciona. Te da lo que esperas (que en mi caso no era demasiado). Pero es sincera. Se aproxima a un estrato de la población muy concreta, tal vez un poco escasa (esos preadolescentes de los que hablaba), que puede dejarla en tierra de nadie, entre la ingenuidad y la vulgaridad.