VIPER (21 OCTUBRE) -AVISO SPOILERS-Para que un relato mítico esté completo, el héroe debe morir enfrentándose a su mayor enemigo (aunque luego suela resucitar). Sherlock Holmes sufre una caída mortal en la catarata de Reichenbach luchando con el profesor Moriarty (1893). Thor cumple la profecía de su propia muerte combatiendo a la serpiente de Midgard (1987). Superman sucumbió a la irresistible fuerza de Doomsday (1992). Y Batman cayó derrotado ante Bane (1993), al que hemos podido ver en Batman y Robin (Joel Schumacher, 1997) y en The Dark Knight Rises (Christopher Nolan, 2012). El personaje es un criminal que adquiere una fuerza sobrehumana gracias a una droga experimental llamada Venom. En el quinto episodio de Gotham, encontramos una versión beta de esa misma droga, Viper, que está a punto de acabar con la vida del Bruce Wayne infantil (David Mazouz) que aparece en esta precuela. Un niño que, por cierto, ya comienza a presentar los primeros signos de la obsesión que le llevará a patrullar la calles de Gotham vestido de murciélago. Pero que también comienza a descubrir que la empresa que ha heredado, Wayne Enterprises, podría ser tan corrupta como el resto de la ciudad, y que sus padres podrían no haber sido tan perfectos como su mente infantil los concibe. Viper es uno de los episodios más sólidos de Gotham hasta ahora, aunque la serie comienza a mostrar sus carencias de presupuesto: hay que amortizar lo que habrá costado el estupendo decorado de la comisaría, y los personajes comienzan a aparecer por allí sin demasiada justificación: la abogada de los laboratorios WellZyn (Margaret Colin) o el esbirro de Sal Maroni (David Zayas) visitan voluntariamente al detective James Gordon (Ben McKenzie).
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