Götterdämerung, de Mariela González: Fantasía, magia, leyendas y mitología en una Europa ucrónica

Publicado el 29 septiembre 2018 por Tomas
Europa, principios del XIX. Una época de cambios, de sentimientos encendidos que afloran en forma de nuevos ideales. Aunque lo cierto es que las cosas comenzaron a ser diferentes mucho antes: el día en que se abrieron los Senderos, los seres feéricos empezaron a convivir con los humanos, y los mismos dioses reclamaron su lugar como gobernantes legítimos de las naciones del continente.
Viktor DeRoot, como tantos otros poetas y artistas diletantes, busca su fortuna en Heidelberg. Pero hay algo que le diferencia: es uno de los pocos que saben emplear la Alta Poesía, la disciplina capaz de convertir los versos en herramientas para manipular la realidad. Es por ello que tiene una visión muy diferente del mundo que le rodea… bueno, y quizás también por llevar en su ojo derecho el corazón de su amigo Gus, un trasgo de Galiza. El mismo que guarda el alma de Viktor en un tarro vacío. Cosas que pasan en una noche cualquiera, en un encuentro casual.
La Alta Poesía es un conocimiento preciado y peligroso a partes iguales, y por mucho que Viktor quiera mantenerse alejado de ella y rehuir los errores de su pasado, se verá envuelto en intrigas, traiciones y juegos de máscaras que le obligarán a asumir un papel que nunca hubiera imaginado para mantener el orden del mundo.

Conocimos a Mariela González con su primera novela, Historias del camino (Kelonia, 2016), con la que ya demostraba una notable madurez narrativa y una sólida habilidad para el wordbuilding. Todo cuanto apuntaba entonces se confirma ahora con Götterdämerung (Héroes de Papel, 2018), que muestra además su evolución tanto estilística como temática.
Porque Götterdämerung es un ejercicio de fabulación que trasciende la ucronía en su forma habitual, por la envergadura de su punto Jonbar: en el siglo XIV, se produce «La apertura de los senderos», esto es, el franqueo del paso entre los mundos humano y feérico, momento en que las criaturas fantásticas (en adelante, los faer) pueden pasar a nuestro plano. Con ellos vienen los dioses de los distintos panteones politeístas (nórdico, grecolatino, egipcio, azteca...) que reclaman sus derechos sobre sus respectivos pagos. El único que no aparece es el dios inefable de las tres religiones abrahámicas, por lo que el cristianismo no será ya el eje vertebrador de la cultura y la moral europeas. 
Así, con los dioses convertidos en reyes y gobernantes, tenemos una Europa ucrónica que a principios del siglo XIX no ha conquistado América, mantiene una política aislacionista y en la que persiste un Imperio Germánico regido por el káiser Odín, entre otras cosas porque Napoleón Bonaparte tuvo un papel muy distinto al de nuestra realidad. En este escenario, en la ciudad universitaria de Heildelberg, en Alemania, comienzan las andanzas de los dos protagonistas, Viktor de Root y Gus Trasaño.

En Heildelberg, cuna de la universidad alemana, comienza la aventura


Un humano (Viktor) y un trasgo de Galiza (Gus) unidos por  una dependencia mutua muy peculiar: por azares, Viktor lleva el corazón de Gus en la cuenca de un ojo, lo que le proporciona una percepción aumentada del Glaymere, la sustancia etérea que rodea a los faer y al mundo mágico y les otorga sus poderes. Mientras, Gus guarda el alma de Viktor en una lata de judías que siempre porta consigo.
Metidos en un lío por los manejos e intrigas de Lake y Yon'Fai, dos enigmáticos embaucadores rivales, Viktor termina en prisión, acusado de intento de magnicidio mediante el uso de la Alta Poesía, un arte de gran poder basado en las palabras, en la que es experto. Viktor y Gus, unidos a la Sociedad Secreta para el Mantenimiento de la Paz entre las Realidades, se verán inmersos en una aventura que irá incrementando su intensidad hasta concluir en una lucha entre poderes tan elevados como los propios dioses.
El plantel de secundarios, tanto amigos como enemigos, es nutrido y llamativo por su variedad. La Sociedad, además de los humanos Algernon y Erin (líder del grupo), la conforman el Tarasque francés (la «tarasca» española o la «coca» gallega), un djinn mesopotámico llamado Juzann, capaz de invocar y controlar los vientos, y Mara, una jinete de sueños que puede introducirse en la mente de los mortales. Criaturas como el Taniwha maorí, demonios japoneses, dioses nórdicos y cierto semidiós polinesio (difícil citarlos sin desvelar datos jugosos de la trama) y una plétora de faer como trolls, lamias o gárgolas, procedentes de distintas mitologías y tradiciones conforman el mosaico de Götterdämerung. Un mundo en el que los faer recurren a un Sayo, un encantamiento que les proporciona aspecto humano para pasar desapercibidos y no asustar a los más reacios a su presencia.

El Tarasque, obra de Arvalis. Fuente: Devianart


Son varios los elementos a destacar de Götterdämerung. En primer lugar, la ambientación y la atmósfera. Desde el aire bohemio y estudiantil de Heildelberg, en donde Viktor arrastra fama de problemático, y él y Gus viven una vida de estrechez y romanticismo, reflejada a la perfección por las tabernas nocturnas y las buhardillas que acogen caóticos estudios de artista, hasta los elementos ucrónicos como los ornitópteros (pequeños vehículos voladores) y otros utensilios que podemos calificar como pre-steampunk.
A continuación, el concienzudo worldbuilding, que transmite la sensación de robustez, de asentar un mundo que permite numerosas historias más, sean relatos y novelas, partidas de rol o videojuegos. Esto nos lleva al siguiente punto: el conocimiento que Mariela González maneja de distintas mitologías (nórdica, celta, polinesia...) y leyendas y tradiciones tanto cristianas (el tarasque y Santa Marta) como populares de procedencias tan dispares. La habilidad para combinarlas y mezclarlas es lo que ha proporcionado a Götterdämerung su hecho diferencial, y paradójicamente colabora a la suspensión de incredulidad, como si la migración de dioses y faer entre planos resultase más plausible si se hubiese realizado así, en masa.
Si tengo que atreverme a buscar referencias, me quedaría con dos: por una parte, Ursula K. LeGuin y su Terramar, de cuya magia basada en el nombre real de las cosas parece beber la Alta Poesía, una idea que LeGuin inspiró a otros autores como Patrick Rothfuss y que aparece en obras como Volkhavaar de Tanith Lee (cabe decir que Mariela González dedica su novela a LeGuin). La otra, el Tim Powers de novelas como Las puertas de Anubis o En costas extrañas, con las que comparte muchas ideas comunes como la convivencia de personajes reales con ficticios, sean interviniendo en la trama (como Napoleón Bonaparte o el filósofo Friedrich Schiller) o citados (como Wilhem Hegel), el sentido del humor fino como desahogo de la tensión narrativa y la historicidad en hechos, fechas y datos.

Taniwha, obra de Matt Forshyt. Fuente: Devianart


En los aspectos formales, Götterdämerung es una novela dividida en tres partes bastante simétricas, subdivididas en capítulos numerados y que cuentan con prólogos en los que se relatan hechos que transcurren en momentos y lugares diferentes a la trama principal, pero que terminarán por ser importantes para esta. Mariela González, que hace gala de una prosa ya totalmente depurada y una particular naturalidad para escribir diálogos, maneja hasta tres líneas argumentales paralelas, logrando un equilibrio entre ellas de forma que ningún personaje destaque y el resultado sea una novela de corte coral, en la que Viktor y Gus tienen un peso muy similar, y cada secundario tiene al menos un momento en el que hacer valer sus habilidades y capacidades especiales.
El manejo de la tensión-distensión y el ritmo narrativo son los necesarios para que la lectura transcurra de forma que sus 464 páginas se concluyan con la sensación de que no sobra ni una coma. En este aspecto, se agradece la concisión de las descripciones y la adjetivación medida.
De modo que aunando los apartados temático y estilístico, Mariela González ha logrado que Götterdämerung sea una notoria y recomendable novela de género fantástico, una combinación de fantasía, ciencia-ficción steampunk (solo por encuadrarla en una etiqueta familiar, con la que comparte algunos elementos, pero no todos), acción y aventuras.

En lo extraliterario, capítulo aparte merece la edición de Héroes de Papel, una editorial especializada en libros sobre videojuegos, que abre una línea de narrativa llamada Stories con esta Götterdämerung y otros dos títulos hasta el momento. Encuadernación, papel, maquetación (márgenes, control de viudas, tipografía), ilustraciones... conforman un volumen que denota atención al detalle y el deseo de ofrecerle el mejor producto posible al lector.
FICHA
Título: Götterdämerung
Autora: Mariela González
Editorial: Héroes de Papel
Colección: Stories
Extensión: 464 páginas
Dimensiones: 15×21 cm
Formato: Rústica, cubierta a color
ISBN: 978-84-948168-7-1
PVP: 20€
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