No deja de ser un caso peculiar el de Wouter Andre De Backer, nombre real de Gotye. En algunas entrevistas ha declarado que se vio sobrepasado por el éxito del single tótem del disco. Y es que Gotye no deja de ser un artista del mundo indie. Su carrera en solitario, que arrancó en 2003 con el disco "Boardface", se compagina con su desempeño en el grupo The Basics como cantante y batería.
Comentando su trayectoria en solitario, el citado debut "Boardface" ya incluía temas notables como "What do you want?" o "The only thing I know", temas bastante destacables y muy distintos entre sí. 3 años más tarde, Gotye continuaría su aventura en solitario con "Like Drawing Blood", disco también de cierto toque experimental, como su predecesor, pero con piezas nuevamente destacables y muy variadas, citando por ejemplo "Heart a mess", un cierto éxito en el mundo independiente internacional o mi preferida "Thanks for your time".
La obra de Gotye no era ni mucho evidente. Ofreciendo en sus discos capítulos que sí son más accesibles, los 2 discos ofrecen episodios con pasajes más intrincados e incluso ambientales. De hecho, en el disco que hoy nos ocupa, para el que pasaría un lustro desde el predecesor, hay lugar para esas composiciones más inquietas, que a un público más generalista (el que fue captado con "Somebody that I used to know") le podría sorprender y no precisamente favorablemente.
De hecho, yo en sus primeras escuchas me vi sorprendido por varias piezas de corte intimista, orgánico, que chocaban mucho con otras piezas más inmediatas. "Making Mirrors" no es un disco de primera escucha; de hecho, ya he citado que he precisado varios años de escuchas espaciadas para por fin decidirme a interiorizarlo y apreciar todos sus matices. Pasado este verano y generosas escuchas en viajes en coche realizados durante el mismo, creo ya estar en condiciones de analizar su contenido y exponer mis reflexiones y conclusiones tras el pertinente escrutinio que realizamos tema a tema. Arranquemos pues.
ANÁLISIS DEL DISCO.1. "Making mirrors": El disco empieza con su canción título y ya de entrada, con este tema casi instrumental, de factura minimalista y levemente ambiental, que además apenas dura un minuto, Gotye ya nos da pistas de gran parte del poso que transmite la obra. No deja de ser una intro, poco más que comentar.
2. "Easy way out": La longitud de los temas sigue siendo, de momento, parca. Y, ¿para qué más? "Easy way out" consigue en apenas 2 minutos exactos ir al grano y ofrecer una pieza de corte claro en lo que a género de rock independiente se refiere. Sonido contundente y rugoso en su melodía y Gotye alternando sus registros más agudos (cercanos por momentos a Sting) con una mayor gravedad en las estrofas. Fue single, con un videoclip que con la técnica de stop motion nos muestra a Gotye en proceso de autodestrucción por culpa de la rutina. Estamos ante una canción contundente, con un buen sentido del ritmo y que capta la atención de primeras; no serán muchas las compañeras de disco que consigan esto de inicio.
3. "Somebody that I used to know": Aclaro que en la carpeta de mp3 que en su día me pasó Mariano González, en 3er. lugar venía "Eyes wide open", y estoy acostumbrado a escuchar el disco con ese orden; personalmente creo que estaría mejor de esa forma, pero el caso es que en 3er. lugar se sitúa "Somebody that I used to know", el megahit del disco. Gotye se valió de Kimbra para que colaborara, cosa que también benefició a la cantante neozelandesa. Ciertamente queda muy bien la colaboración de sus voces. Estamos ante una canción poco convencional, confeccionada a base de una melodía de xilófono, que también parte de una composición de décadas atrás de un músico brasileño; Gotye, al respecto, siempre menciona sus fuentes y no es raro que utilice sampleados para partir de una base a la hora de modelar sus canciones. Muy buen estribillo, y eso que es bastante largo, pero sabe mantener nuestra atención. Los coros de Kimbra, con su boca bien abierta en el videoclip promocional y con alguna expresión de lamentación, funcionan muy bien en el tramo final. El videoclip, con los 2 protagonistas siendo lienzos de bodypainting, aunque algo sencillo, es efectivo y también ayudó claramente al éxito de la canción. Por mi parte, es innegable decir que sin ella probablemente no hubiera conocido a Gotye o hubiera tardado mucho tiempo, además de precisar una carámbola para dar con él.
4. "Eyes wide open": El disco arranca como un trueno con el trío de piezas dispuesto tras la introducción de la canción título. Aunque en mi caso haya escuchado el disco con un orden alterado, "Eyes wide open" funciona genial para cerrar este primer tercio de obra. Canción vertiginosa, con una cierta épica y una instrumentación que se mueve entre el brío y algo de misterio. Fue single y su videoclip, con unas estructuras en forma de murgaños, pilotadas por unos seres tras cuyas capas dérmicas parece estar el propio Gotye, van recuperando el agua posible de una Tierra distópica. Canción fabulosa, de las que también captan de primera escucha o al menos desde la 2ª. En mi caso, y a ratos, quizás mi favorita del disco.
5. "Smoke and mirrors": Llegamos a otra canción con la palabra "espejos" en su título. "Smoke and mirrors" nos sirve como preludio a cosas menos evidentes. Gana fuerza en su estribillo, pero en sus estrofas se muestra como una canción sinuosa y algo misteriosa, tanto en su melodía e intrumentos utilizados, como en el perfil bajo vocal que usa Gotye en esos momentos. Esta composición es uno de esos ejemplos de los que precisan muchas escuchas para cogerle el punto.
6. "I feel better": Casi con un inicio instrumental que podría formar parte de la banda sonora de cualquier película de romanos de la era dorada de Hollywood, "I feel better" termina derivando en una de las piezas más asequibles y fáciles de asimilar de "Making Mirrors". Buen estribillo, muy luminoso y muy bien construido por Gotye. Esta canción y la siguiente nos ofrecen el último combo de luminosidad del disco, para luego adentrarnos en una zona más boscosa y de difícil acceso.
8. "State of the art": Empezamos con una canción que se basa en el sampleado y variación de una canción tradicional de la India que tomó Gotye para la ocasión. "State of the art" cuenta con una interpretación vocal alterada y computerizada, casi cercana a ratos al vocoder. Realmente lo que se hace es engravecer la voz de Gotye. La voz real de Gotye se nota solamente en el estribillo. Es una canción hipnótica y a ratos solemne. Cuenta con un videoclip que, al menos a mí, da bastante mal rollo, con la historia animada de una familia que compra un órgano poseído, el cual termina tiranizando a la propia familia. Cancíon curiosa y llamativa. De los momentos no evidentes del disco, es la que más fácil se te queda, ya que su estribillo, a base del simple título de la canción, no deja de ser algo pegadizo.
9. "Don't worry, we'll be watching you": Ahora pasamos a un capítulo nocturno, muy esquelético, titulado "Don't worry, we'll be watching you". Canción perfecta para las noches otoñales que precisamente atravesamos ahora. Entronca muy bien con la tradición en solitario de Gotye, pudiendo ser una hermana de perfil bajo de algún clásico como "Heart a mess".
10. "Giving me a chance": Quizás de este sector más experimental, "Giving me a chance" es la pieza más bonita y a la vez la más íntima. Ofrece algunas melodías de teclado realmente bellas. Tiene un punto que se mueve entre la nostalgia y una leve melancolía. No dista mucho en formas y maneras de la predecesora en el disco, pero sí que nos va abriendo un poco el oscurantismo, ofreciendo, y aunque pareza un contrasentido con cosas que ya he dicho de "Giving me a chance", en el fondo algo de esperanza. Gotye utiliza su tono susurrante vocal, quedando muy ajustado a la que precisa la canción.
11. "Save me": Dentro del bloque final, "Save me" se ofrece como la propiamente salvadora, dando cabida a un capítulo realmente luminoso y con unos coros bastante fáciles de recordar. De alguna forma, me evoca a "The morning fog" del "Hounds Of Love" de Kate Bush. Esa canción ponía el punto y final al disco y propiamente a su 2ª mitad, la experimental y oscura "The ninth wave". Lo que pasa es que aquí nos queda un capítulo más por escuchar.
12. "Bronte": El disco cierra en el tono que se va ofreciendo a partir de "State of the art", es decir, con capítulos menos evidentes y de los que precisan varias escuchas para que se te queden en la retina. Tras la insertación un poco alejado de estos sentires que nos ha supuesto "Save me", llega "Bronte", que por cierto, contó con un videoclip nuevamente de animación que me evoca a creaciones de los Estudios Ghibli. Estamos ante una canción íntima, de esas que parecen que te abrazan calidamente en su melodía y la interpretación al micrófono de Gotye. Creo que el disco hubiera quedado algo mejor alterando el orden de esta con "Save me".
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.Con este disco y sobre todo gracias a "Somebody that I used to know", Gotye alcanzó el estatus de estrella internacional. La historia tuvo hasta un bonito y triunfador final con Gotye junto a Kimbra recibiendo el Grammy como mejor single de la mano de Prince. Lo que pasó es que, según confesó Gotye en varias entrevistas, este éxito le cogió de sorpresa. Siendo un artista indie, con inquietudes musicales muy experimentales, no imaginaba que una de sus canciones se convirtiera en un hit masivo.
Gotye ofreció una gira durante 2012 y 2013 bastante interesante a nivel internacional, para presentar "Making Mirrors" y completar el set list con piezas de sus 2 discos previos. Hay por YouTube alguna actuación íntegra, que merece mucho la pena de ver. Sin embargo, Gotye decidió parar. En lugar de optar por la vía fácil e intentar aprovechar la inercia exitosa de "Making Mirrors" para lanzar un nuevo disco, en 2014 o 2015 anunció que pasaría justo lo contrario: no habría más nueva música como Gotye.
Wouter André De Backer volvió a The Basics como batería y vocalista y dejó aparcada su obra en solitario. Recientemente The Basics han dicho que continúan como grupo, pero solamente en estudio, rechazando hacer giras o actuaciones. Como verán, Gotye y todo lo que le rodea no deja de ser algo extraordinario y fuera de lo convencional.
Personalmente considero una pena que Gotye decidiera parar. No hace mucho, sin embargo, ha dejado abierta la opción a que en un futuro haya nuevo disco de Gotye. Veremos. Cierto es que también hay que tener valor para dejarlo en lo más alto. No solo por la aceptación y el éxito masivo, sino porque "Making Mirrors" es un disco cumbre, casi perfecto. Alterna piezas directas, con gancho, íntimas, y todo ello con un ensamblaje sólido que sorprende en su cohesión. Y no solamente hay que quedarse en las 12 pistas principales, sino que otras que se quedaron como bonus tracks, como "Dig your own hole", también vale su duración en oro.
La vida a veces sorprende en cómo pasa el tiempo para algunas cosas. Y en este caso, me sorprende que ya haya pasado más de una década desde el momento en el que Gotye estaba en boca de muchos y el lanzamiento de este disco que nos ocupa. Gotye es impredecible y a saber qué hará en un futuro y si su obra en solitario contará con nuevos lps. Realmente "Making Mirrors" puso el listón muy alto y tiene difícil confeccionar un álbum que lo supere y que incluso pudiera igualar el resultado (y no lo digo por lo comercial, que eso de tener como referente a "Somebody that I used to know" y su impacto, es triplemente complicado).
Pase lo que pase, este "Making Mirrors", cuya portada cubista es una pintura del padre del propio Gotye, es un lp tremendamente aprovechable. Muy bueno. No obstante, y sobre todo por su casi 2ª mitad, es un álbum que precisa de muchas escuchas y además espaciadas en el tiempo para poder cogerle el punto. Así que, como muchas veces advierto, tengan paciencia con "Making Mirrors" y, aprovechando el título-traducción de una de sus notables canciones, denle una oportunidad.