Tengo que expresar que por la música
he vislumbrado el veneno de la vida,
la fragancia exacta de la ciencia, y es
la matemática de la inexactitud.
Osado en mi inquietud pasiva a veces,
otras inquieto en la curiosidad
de poder atraparte, esquiva agua
que hace y deshace esquinas en mí.
Me diste un cuerpo y un abismo atroz,
me abriste un oceánico agujero
en el cénit de los lirios, aquellos
pensamientos envueltos de pasado
siete veces renovados, por ello,
gracias yo te doy, gracias por la Música.