Como ya viene siendo tradición, diversas asociaciones de Alcalá de Henares y de las Tierras de Tarragona han organizado una Gran Calçotada a primeros de Marzo, para todos los que, amando esta fiesta de invierno, no tenemos la oportunidad de disfrutarla en sus escenarios más naturales.
Este año, la fecha fue el sábado 9 de Marzo. Toda la semana previa la pasamos los que pensábamos acudir sobre ascuas. Un frente nos dejó los días más lluviosos de toda la temporada por Madrid. Un día detrás de otro, llovió sobre la capital y sus alrededores, y nos temíamos que el mal tiempo pudiese (medio) arruinar la celebración. Asar y comer los calçots al aire libre forma parte del núcleo de este tipo de acontecimientos.
Sin embargo, fuimos muy afortunados. El sábado, hacia las seis de la mañana, seguía lloviendo sobre Madrid: sin intensidad, pero con decisión. Sin embargo, hacia las diez de la mañana el día se había puesto soleado, y se mantuvo así para mayor placer de todos. Fresquito, pero bastante despejado y, en cualquier caso, sin amenaza inminente de lluvia.
Junto a las parrillas donde se estaban asando los calçots.
(JMBigas, Marzo 2013)
Podéis revisar las bases culturales e históricas de la calçotada en mi artículo sobre la de Marzo de 2012.
La organización había cambiado el escenario para este año. Esta vez, el responsable de llevar adelante la Gran Calçotada fue el Restaurante El Gurugú, un gran complejo BBC (Bodas - Bautizos - Comuniones) en el término municipal de Villalbilla (pop. 11.010), muy cercano a Alcalá de Henares. Villalbilla ocupa un alto al sur de Alcalá, desde el que se domina el valle del Henares y la ciudad complutense. El Restaurante dispone de varios salones, pabellones, explanadas y jardines, que permiten en conjunto celebrar acontecimientos de este tipo sin ninguna sensación de agobio.
Para la Gran Calçotada se escogió el Salón Mirador para la segunda parte de la comida y para el tradicional sorteo con que se cierra el acto, y la explanada y pineda circundantes para la elaboración y degustación de los calçots. Nos reunimos ese sábado más de 150 personas para disfrutar de la fiesta.
La organización se había aprovisionado de hasta 3.500
calçots (IGP Calçot de Valls).
(JMBigas, Marzo 2013)
Para no perderse en el camino hacia El Gurugú, es bueno utilizar un GPS con las coordenadas correctas (N 40,453575º; O 3,343218º), o encaminarse a la Calle Hipica de Villalbilla. Llegando a las proximidades, el lugar está perfectamente indicado. Yo había programado en mi GPS las coordenadas precisas, y me llevó de la manita hasta el mismo aparcamiento del complejo.
Era la primera vez que el Restaurante El Gurugú se enfrentaba a la preparación de una Gran Calçotada. A pesar de que el desarrollo de la celebración discurrió sin incidentes, se notó la bisoñez en la relativa escasez de superficie de parrilla para el asado de los calçots. Ello provocó algunas colas algo pesadas pero, a cambio, garantizó en todo momento disponer de calçots recién asados y calentitos. También es cierto que los primeros que salieron de las parrillas lo hicieron demasiado pronto (fruto de un cierto apresuramiento) y estaban algo crudos (hubo que someterlos a una segunda sesión en el fuego), pero el incansable Isidre Papiol y su equipo rápidamente enmendaron ese tipo de problemas, y el resto de la degustación se realizó a plena satisfacción de todos.
Salón Mirador, donde se celebró la segunda parte de
la Calçotada. Amplio, luminoso y muy acogedor.
(JMBigas, Marzo 2013)
Una calçotada consta de dos partes. En la primera se desarrolla la degustación propia de los calçots, asados en la brasa. Se consumen de pie, en torno a las mesas dispuestas en el exterior, próximas a la hoguera donde se asan los calçots. Cada asistente recibe un babero de plástico, para proteger la ropa de las salpicaduras de los calçots empapados en salsa romescu, que actúan a modo de hisopo. Aunque el sábado la cosa se complicó con el viento, que arremolinaba los baberos y dispersaba la salsa. Como la parte exterior de los calçots (que debe separarse antes de comerlos) ha estado en contacto directo con la brasa, todos los asistentes terminan con los dedos tiznados de negro, provocando visitas higiénicas a los aseos del local. En la segunda parte, ya sentados en el salón comedor, se sirven raciones de butifarra a la parrilla, acompañada de judías blancas fritas, seguido de chuletitas de cordero. De postre se sirvió una ración de tarta, y luego café. Todo ello regado con vino tinto, y una copita de cava para rematar la celebración.
Desde los jardines de El Gurugú se tiene una buena
panorámica del valle del Henares y de Alcalá.
(JMBigas, Marzo 2013)
Gracias a la excelente labor de todos los organizadores, se ha mantenido un precio razonable para el menú completo (28 Euros), así como para el menú infantil (9,50 Euros). Para facilitar la integración de todos (expertos o neófitos en las calçotadas), Isidre Papiol preparó una Hoja de Instrucciones que se repartió a todos los asistentes, encabezada por "Tarraco Complutum - 2000 Años de Historia Común - Calçotada 2013".
Esta Gran Calçotada, cuya celebración ya es tradicional todos los años por estas fechas de finales del invierno, es en realidad un acto de hermanamiento entre las comarcas de Tarragona y Catalunya en general, con Madrid y su Comunidad. Dos territorios que no cejan de encontrar motivos para el desencuentro, pero cuyas diferencias se aparcan con motivo de esta celebración, y se puede compartir el placer de los calçots entre gentes de todas las procedencias. Este hermanamiento, y las buenas mañas de Isidre Papiol, siempre inasequible al desaliento, provoca que diversas instituciones y empresas colaboren con la celebración del acto. Esto hace posible celebrar un sorteo (otro de los atractivos del acto), al final de la comida, donde los premios fueron algunas botellas de vino o aceite de la Cooperativa Agrícola de Salomó, diversas salsas típicas envasadas por Molí de Pomerí, así como libros y publicaciones de las diversas instituciones colaboradoras (Ayuntamiento de Alcalá, Ajuntament de Tarragona, Diputació de Tarragona, Delegació del Govern de la Generalitat de Catalunya,...). Prácticamente hubo algún premio para cada uno de los asistentes. Yo mismo (con el número 30 que me dieron al recoger el babero y la Hoja de Instrucciones) conseguí una botella de un memorable aceite de oliva virgen extra de la variedad Arbequina, de la Cooperativa Agrícola de Salomó.
Los cocineros se estuvieron afanando durante varias
horas para ofrecer a los asistentes los mejores
calçots asados a fuego de leña.
(JMBigas, Marzo 2013)
Los calçots, que no faltaron en ningún momento (más que con la relativa tardanza de las colas frente a la hoguera) eran IGP (Indicación Geográfica Protegida) Calçot de Valls. El vino que se sirvió (en porrón, o en vaso para los menos arriesgados o más prudentes) era un recio tinto perfecto para la ocasión y la excelente salsa romescu (con base de almendras), en la que se baña el calçot, previamente separado de la cubierta verde, antes de su degustación, se elaboró artesanalmente a propósito para este acto.
En mi caso, este es ya el tercer año consecutivo en que asisto a esta calçotada organizada por Isidre y el resto de instituciones. Y siempre es un placer, por el propio aspecto gastronómico y festivo de la Calçotada, así como por la satisfacción de volver a encontrarse con amigos y conocidos de años anteriores. Yo asistí con un grupito de amigos que ya se han vuelto también adictos a la Gran Calçotada de todos los años.
A punto de culminar la degustación de un calçot.
(JMBigas, Marzo 2013)
La organización fue perfecta, con la única salvedad de la relativa escasez de superficie de parrilla, que provocó algunas colas frente a la hoguera. Se nota que en el Restaurante El Gurugú están habituados a servir a un número elevado de comensales simultáneamente.
Fue, en definitiva, una jornada festiva a la que hasta el tiempo meteorológico se quiso sumar. Sólo me queda agradecer a Fabián Dueñas (propietario de El Gurugú) que ha estado en todo momento entusiastamente dispuesto a embarcarse en esta aventura nueva para ellos, así como, una vez más, a Isidre Papiol y su equipo (Ana Alonso, Albert Masquefa,...) que se han dejado literalmente la piel para que esta Gran Caçotada fuera un éxito. Y, entre todos, definitivamente, lo han conseguido.
Sin duda, lo más apreciado del sorteo final son los vinos
y aceites, cedidos por alguna de las empresas
colaboradoras.
(JMBigas, Marzo 2013)
Atendiendo a este período de prolongada crisis económica, la organización cedió la palabra, hacia el final del acto, al representante de Cáritas en la zona de Alcalá de Henares, que contó a todos los asistentes la extraordinaria labor que están realizando en la ayuda a más de ocho mil familias, de la población y alrededores, que están viviendo necesidades graves.
Aparte de las fotografías que he seleccionado para ilustrar este artículo, podéis acceder a una colección más amplia, de 40 fotografías del evento, pinchando en la foto de las parrillas con los calçots.
Calçotada en El Gurugu sábado 9 de Marzo de 2013
En resumen, una celebración de raíz catalana, centrada en Valls y las comarcas de Tarragona, que ha arraigado en el entorno madrileño de Alcalá de Henares.
Como para no creer en los milagros.
JMBA