Es algo que habitualmente sucede en las películas navideñas. Uno se encuentra con un regalo enorme bajo el árbol de navidad, con un lujoso envoltorio y uno de esos maravillosos lazos que provocan que el regalo parezca directamente salido de la verdadera guarida de Santa Claus. Un precioso paquete, vistoso, envuelto con suma belleza, que, sin embargo, no se muestra acorde con lo que en su interior lleva, algo redundante y, sobre todo, poco sorprendente. Es lo que, a juzgar por las primeras críticas publicadas en la prensa norteamericana, también sucede con "Los hombres que no amaban a las mujeres" de David Fincher, un remake de una adaptación realizada a partir de un best selller que ha logrado vender alrededor de 50 millones de copias en más de 40 países. Ante semejantes antecedentes, era de esperar, tratándose, incluso, del gran David Fincher: ¿gran envoltorio para poco regalo?. Os dejamos con su (aparentemente tibia) recepción crítica.
¿De qué va?
Por si aún queda algún despistado por ahí, significa un remake de la adaptación del best-seller de Stieg Larsson. Mikael ha trabajado durante mucho tiempo en una revista de sociología y de economía. Ese es su único currículo como 'investigador'. Sin embargo, en el ocaso de su vida recibe un encargo sorprendente. Un hombre llamado Henrik Vanger le pide que investigue una desaparición que se remonta muy atrás en el tiempo. La de su sobrina, que quizás fue asesinada. En cualquier otro momento de su vida Mikael, que ha sido una auténtica estrella del periodismo, hubiera renunciado, pero éste no es un momento cualquiera.
¿Quién está detrás?
Es para muchos el mejor director en activo de Hollywood, el hombre que consagró el thriller con "Se7en", "The Game" o "La habitación del pánico" para acabar encumbrando el género en la más absoluta perfección con la magistral "Zodiac." Visionario además de cineasta, una mente privilegiada, un auténtico genio cuyo irreverente y transgresor "club de la lucha" se erigió en una de las mejores adaptaciones literarias que la industria norteamericana nos ha brindado en los últimos 20 años.
¿Quién sale?
Daniel Craig y uno de los grandes descubrimentos del año. Es Rooney Mara, para muchos, lo mejor de una película en un papel que posiblemente le lleve a pisar la alfombra roja del Kodak Theatre Center.
¿Qué es?
El remake de uno de los grandes fenómenos literarios de la última década a manos de uno de los grandes genios del cine contemporáneo.
La prensa ha dicho
Todd Gilchrist no se muestra excesivamente eufórico en The Playlist y le otorga una B a la nueva versión de David Fincher afirmando que "está bellamente ejecutada y bien narrada, pero comparte un inafortunado detalle en común con el film que le precede (y que probablemente sea la razón de que Hollywood haya decidido realizar el remake): para toda la visceralidad, intriga y carácter melodramático que promete, no resulta particularmente cautivadora, prefiriendo resaltar los detalles de un misterio que es resuelto sin demasiada pirotecnia. Y a pesar de que su escena final está entre las mejores secuencias rodadas del año, la dirección que acaba tomando el desenlace del film aumenta aún más si cabe la confusión emocional proyectada a lo largo de todo el metraje, abandonando al público en el seguimiento de unos personajes cuyo viaje está ya finiquitado, o lo que es peor, estaba ya finiquitado durante sus previas dos horazas de metraje."
Al igual que Tim Grierson en Screen Daily, quien opina que "Monstruosamente habilidosa y poderosamente apasionante, el ramake de David Fincher es un tenso thriller que lamentablemente acaba abusando de su abrumador dispositivo formal para llegar a un decepcionante (y excesivamente longevo) desenlace que resulta de todo menos satisfactorio."
No es el caso de Justin Chang, quien cae rendido antes sus encantos formales enVariety razonando que "si alguna vez pudieramos considerar una atmósfera húmeda, fétida y extrañamente lujosa, ésta es la que envuelve de forma corrosiva cada uno de los bellos frames de "Los hombres que no amaban a las mujeres." Un film con tanta clase como la que pudiera provocar una adaptación surgida de la sórdida saga literaria de Stieg Larsson, el retorno al cine criminal de David Fincher supone un meticuloso y lúgumbre entretenimiento pulp que parece un tren de primera clase conducido por las deprimentes y funestas vías del infierno. Si su magistral dispositivo técnico resulta desproporcionado para el material que trata, la soberbia interpretación de Rooney Mara en la piel de Lisbeth Salander posibilita el que podría suponer el mayor éxito de David Fincher hasta la fecha."
Finalmente Todd McCarthy resume sus sensaciones a la perfección en The Holywood Reporter mediante una sola frase: "La fina versión americana de una de las grandes sensaciones literarias de los últimos años nos ofrece de todo menos algo extra."