El gran kudú ( Tragelaphus strepsiceros) es un majestuoso antílope africano que habita en las sabanas del sur y del este de África.
De entre las principales características de este animal, cabe destacar su impresionante cornamenta. Lo que le ha llevado a ser perseguido con avidez por cazadores sin ningún escrúpulo. Esos cuernos que le caracterizan han hecho disminuir seriamente la cantidad de ejemplares en los últimos años.
La primera vez que vi este antílope me sedujo por su extraordinario porte.
El kudu está siempre alerta, vigilando a sus posibles depredadores que son muchos: leones, hienas, licaones, leopardos... Huye rápidamente ante cualquier peligro potencial. A pesar de su gran tamaño, es muy ágil y sorprendentemente hábil para saltar, es capaz de superar un obstáculo de dos metros.
Posee un claro dimorfismo sexual. Los machos tienen unos cuernos que sobrepasan el metro de longitud, están dispuestos en forma de "V" y presentan dos o tres giros en espiral, la hembra no posee cuernos. El macho puede alcanzar más de 300 kilos mientras que la hembra pesa unos 100 kilogramos menos. Ambos tienen el pelo de color rojizo y en los costados de siete a diez líneas blancas transversales.
Es ramoneador, se alimenta de una gran variedad de árboles y arbustos. Solamente durante la estación de lluvias come pequeñas cantidades de hierba. Las semillas secas de acacia caídas forman parte de su dieta durante todo el año, a veces las comen directamente de los árboles.