Van Gaal ha demostrado que no existe una forma mejor que otra de jugar al fútbol. Se puede jugar con el balón o dejar que lo tenga el equipo contrario, el fin es el mismo: crear peligro al ataque o la contra. Hay que tener en cuenta que Holanda cuenta con una delantera que produce pavor en los rivales, pero el resto de sus líneas carece de talento y experiencia, exceptuando el veterano Sneijder; es decir, al contrario de lo que suponen muchos aficionados y juntaletras deportivos, esas líneas no son muy superiores a las de Costa Rica en la actualidad.
Esto lo sabe Van Gaal, quien se armó de paciencia e instruyó a sus jugadores de que la eliminatoria contra Costa Rica (equipo que se marcha invicto del mundial) no sería ningún paseo y probablemente sería larga.
Mientras los periodistas deportivos, tipo Maldini, se autolaurean de saber de fútbol haciendo críticas de las disposiciones de Van Gaal, al igual que cuando se presentaron con 5 defensas contra España, el técnico holandés era consciente de la dificultad enemiga, por lo que optó, ante las críticas de nuestra caverna mediática, por tomárselo con calma y no estrellar al equipo contra las rocas de Costa Rica. Piano, piano, piano.
Ya veníamos anunciando en otros artículos anteriores que Van Gaal era el entrenador más estratégico del Mundial, el que más conoce a sus jugadores y el que más estudia a los contrarios. Van Gaal, siempre positivo, es sin ninguna duda la gran estrella de este conjunto neerlandes.
Así fue, poco a poco, poniendo cerco a los caribeños, intentando reservar el físico de sus jugadores para llegar hasta el final de la eliminatoria, sin volverse locos, pese a que la fortuna no estuvo de su parte.
Pero sin duda la decisión de la que más se ha hablado fue la de apurar, como si fuera un partido de balonmano, su último cambio hasta el minuto 121. Lo reservó para dar paso a Krul, el portero suplente del equipo tulipán, que ni siquiera había debutado en el mundial. Él fue el elegido para conducir a Holanda a las semifinales del Mundial con su habilidad para intuir lanzamientos de penalti.
La jugada de Van Gaal sorprendió a todos desde el momento que mandó calentar a su portero suplente. Nadie tenía a Krul por un ‘parapenaltis’. Bueno, mejor dicho, nadie excepto su general Van Gaal. Él sí conocia las condiciones de su pupilo y su sangre fría. No cabe duda de que lo tenía estudiado desde que Costa Rica lanzó los penaltis contra Grecia. Krul, bien informado por el estratega Van Gaal. Detuvo los que tiraron Bryan Ruiz y Umaña.
Está claro que es el entrenador que más se preocupa de todos los detalles, hasta los más mínimos. Dio una lección a Del Bosque de la cual no aprenderá, en el partido del debut, y se ha dedicado a adaptar a su equipo a las circunstancias en todos los partidos, pese a que nadie contaba con los Oranges al principio del mundial.
También ha dado una lección a los periodistas y aficionados que hacen héroes a los porteros por parar penaltis decisivos. El hecho de que un portero acapare fama y méritos como ha ocurrido en España con Casillas, no significa que sea mejor portero que otros durante los minutos de juego real. Es decir, se pueden tener grandes reflejos e intuición para los penaltis, como Krul y ser un portero más estable como Cillessen, el portero titular de la selección holandesa que posee la confianza del técnico.
La semifinal será titulada por los medios de comunicación como “el cara a cara entre Messi contra Robben”, los dos jugadores más destacados sin duda del Mundial (con el permiso del eliminado Shaqiri), pese a que algunos medios de comunicación colaboren con Jorge Mendes en “inflar” el fichaje de James Rodríguez por el Real Madrid, un jugador joven y talentoso al que le falta una pierna, además de velocidad y cuerpo físico.
Sin embargo será también el cara a cara entre el estratega Van Gaal y el concienzudo Sabella, un entrenador muy competente, del que ha carecido la selección latina en los últimos mundiales. Atentos al desenlace.