Granada, tierra soñada por mí. Mi cantar se vuelve gitano cuando es para ti ♪♫♪♫. Aunque no lo creáis, me pasé todo el viaje cantando esta canción e intentando emular a Plácido Domingo, sin éxito alguno, por supuesto. Así que tuve que ahogar mis aspiraciones operísticas entre las callejuelas del Albaicín granadino y su gastronomía.Ante todo, pediros disculpas por mi larga ausencia, pero entre que he tenido el ordenador estropeado, he empezado un nuevo trabajo y me he ido de vacaciones, al final todo se me ha juntado y no habéis sabido de mí en todo el verano. Sin embargo, espero que eso cambie y pueda escribir nuevos post con más frecuencia.
Bueno, el hecho de irme a Granada fue un poco impulsivo. Pensaba que no iba a tener vacaciones, pero finalmente me avisaron de que sí. Rápidamente intenté hacerme un planningvacacional y comencé la búsqueda. En pleno agosto poco chollos podía encontrar, sin embargo no perdí la esperanza y opté por una ciudad de interior, ya que las de costa en verano son las más solicitadas. Además, yo ya iba a ir a Cádiz (lugar donde nací), así que iba a tener playa seguro. La decisión de escoger la tierra de Lorca fue en parte gracias a mi madre, quien me dijo que ella nunca había estado y que le encantaría ir. Así que decidí que fuera mi compañera de viaje y que ella eligiera.
Lo primero que hice fue solicitar las entradas de la Alhambra. Es indispensable hacerlo previamente por Internet, así os evitáis hacer largas colas y os aseguráis poder entrar. Luego llegó el momento de los billetes y el hotel. En mi caso escogí el NH Victoria, ubicado en pleno centro de Granada. En él nos atendió un joven hipster encantador y el hotel era estupendo. La habitación era cómoda y para nada ruidosa, cosa muy importante cuando estas de vacaciones.
Llegamos a Granada a las tres de la tarde, soltamos las maletas en el hotel y nos dispusimos a descubrir la ciudad en seguida. Comenzamos por la catedral y el sepulcro de los Reyes Católicos. Desde aquí aprovecho para decir que la catedral es preciosa, pero que no entendí la razón por la que separaban estas dos estructuras cuando están realmente juntas. Os explico mejor. La catedral y el sepulcro están unidos, mas para visitarlas, tienes que pagar por un lado la entrada a la catedral y por otro, la del sepulcro. Entiendo que los monumentos se tienen que mantener y por ello, se cobra la entrada, pero pagar dos veces por el mismo recinto, me parece demasiado.Además, desde aquí lanzo otra sugerencia y es que apenas puede observarse la parte superior de los sepulcros. Por ello, deberían habilitar las escaleras del altar de la capilla (ya que estaban cerradas con una especie de cuerda) para poder observar el monumento en toda su totalidad.
Luego continuamos por la Alcaicería, que es como una especie de zoco y después fuimos al paseo del Darro (río de Granada). Subimos hasta el Albaicín. Eso sí, cuando vimos a Chorrohumo (una estatua dedicada a quien un día fue proclamado como rey de los gitanos), nos desviamos para admirar el Sacromonte y los aires flamencos que recorren sus cuevas. Después nos detuvimos en el mirador de San Nicolás y volvimos al centro para cenar.
También hicimos una parada antes para comprar pasteles árabes y probarlos. La mayoría de ellos están hechos con hojaldre o pasta filo. Además suelen combinarse con frutos secos, especias y miel. En mi opinión, son dulces muy pesados porque son muy grasosos, por eso no debéis abusar mucho de ellos y comer uno o dos.