Sábado 23 de agosto
Dejamos atrás, después de volverla a cruzar, la reserva de la Nación Navajo para adentrarnos en el Grand Canyon National Park.
La primera visión que se obtiene entrando por el este es desde el Desert View y no hay palabras para expresar la grandiosidad de este cañón que divide en dos una enorme meseta y que nos muestra capa a capa la historia de la tierra desde hace millones de años. La inmensidad de la naturaleza. Por muchas fotos o documentales que hayas visto, no puedes evitar el cosquilleo que se tiene en el estómago cuando te asomas por sus acantilados.
Las dos riberas, separadas entre sí por 18 millas (29 kilòmetros) son sustancialmente diferentes. La North Rim, a más altitud que la South, tiene unas temperaturas más frescas, bosques de abetos y grandes praderas. Solo una pequeña parte de los visitantes se decanta por esta zona, por tanto es mucho más tranquila, pero también los senderistas más experimentados alcanzan desde aquí el río Colorado (14,5 millas para llegar hasta él frente a las 8,5 desde el South Rim).
La ribera sur es la más visitada, acceder a ella es mucho más fácil y senderos para todos los niveles salen desde aquí, siendo los que bordean el cañón los más concurridos. Hay que estar en muy buena forma física para intentar bajar al río, aunque si que se pueden hacer algunos tramos y volver a subir el mismo día. Si la intención es adentrarse al cañón y pernoctar hay que solicitar permisos en el Visitor Center. Un porcentaje muy bajo de los visitantes lo hacen. Algunos han muerto en el intento y no quiero ponerme dramática, pero desde arriba las distancias y la dificultad no se aprecian y muchos creen estar en plena forma como para lograr este hito.
Nuestra entrada, como ya ha dicho, fue por el lado Este. Hasta llegar al Grand Canyon Village se sigue la Kainab Trail Route, abierta a los turismos, excepto en algún tramo que solo pueden acceder los shuttles del parque, ofrece varios miradores que dejan sin respiración.
Admirando este enorme paisaje, llegó el atardecer.
Para dormir, hay varios lodges en el interior del parque, pero nosotros no conseguimos reservar desde Barcelona, estaba lleno, y tuvimos que conformarnos con Tusayan, una localidad muy cercana a la entrada sur del Grand Canyon NP, creada para absorber a la gran cantidad de turistas que recibe la zona. Hoteles, restaurantes y un aeropuerto, eso es Tusayan.
El Red Feather Lodge, es una buena opción. Limpio, económico y cercano a los restaurantes.
Para cenar, siempre y cuando haya mucha hambre, el Sophie’s Mexican Kitchen ofrece platos y raciones enormes de deliciosos burros y tacos mejicanos. Muchos comensales optan por pedir las sobras para llevar, algo muy normal en todo EEUU, y es que acabarse el plato es algo comparable a bajar el cañón hasta el río Colorado, solo para expertos.
Domingo 24 de agosto
Ya que nuestra forma física y el poco tiempo del que disponemos no nos permiten ver más allá de los miradores del South Rim, optamos por hacerlo de una de las mejores maneras posibles que hay, a vista de pájaro, en helicóptero. Una experiencia cara, es verdad, pero increíble y más cuando te toca ir al lado del piloto y bajo tus pies el suelo es transparente ¡Yo tuve esa suerte!
La reserva la hicimos desde Barcelona, con la empresa Papillon, con buenos comentarios en Tripadvisor y con los mejores precios que vimos.
Para completar el día, el Hermits Rest Road, cerrado a los coches particulares, solo es accesible caminando o con el servicio gratuito de shuttles que tienen parada en todos los miradores. El sendero transcurre durante 10 millas por el borde del cañón. Se puede ir combinando las caminatas, sencillas y muy agradables, con el autobús, todo depende de nuestra forma física. De cualquier modo las vistas son espectaculares y si esperamos a ver atardecer desde Hopi Point (o cualquiera de los miradores que más sobresalen) mientras los condores sobrevuelan con su majestuoso vuelo nuestras cabezas, las sensaciones sobrepasan lo imaginable.
Sin duda, unos de los platos fuertes del viaje.
Esa noche, para cenar, optamos por algo un poco más ligero que la noche anterior. En el We Cook Pizza & Pasta ofrece, además de lo que su nombre indica, un buffet de ensaladas, en mesas para compartir con otros comensales.
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