Grandes frases de cine: el sueño eterno

Publicado el 09 noviembre 2012 por Pepecahiers
 
Son muchas las anécdotas que hacen referencia al intrincando argumento de "El sueño eterno", algunas reales y otras solamente leyenda. Pero, en lo que se refiere a la trama que da vida a esta muestra impecable de cine negro, hay que dejarse llevar por sus afilados diálogos y olvidar que toda la madeja del lío que pretende desenredad es un desafío encomiable, aunque poco recomendable. Demasiados muertos y demasiadas pistolas en un mar de escenarios y giros algo confusos, pero absolutamente perdonable si quienes están detrás de toda esta entelequia son Howard Hawks, William Faulkner, Leigh Brackett, Jules Furthman y el autor de la novela original, Raymond Chandler. Son muchos los diálogos a recordar y aquí les ofrezco una pequeña muestra, aunque siempre me fascinó el climax sexual entre los personajes interpretados, en una breve escena, por Humphrey Bogart y una casi irreconocible Dorothy Malone.

Philip Marlowe ................. Humphrey Bogart

Vivian Rutledge ................ Lauren Bacall
Carmen Sternwood .......... Martha Vickers
General Sternwood .......... Charles Waldron
Bibliotecaria- ¿Ha encontrado lo que deseaba?
Marlowe- Sí, gracias.
Bibliotecaria- No parece usted un hombre interesado en primeras ediciones.
Marlowe- Ehh..., también hago colección de rubias. 


Vivian- No me gustan sus modales.

Marlowe- A mi tampoco los suyos y no he pedido esta entrevista, a mi tampoco me gustan mis modales, me hacen llorar las noches de invierno y me importa tanto que le moleste como que se tome la sopa con tenedor. 

Vivian- Caramba, no va muy arreglado.
Marlowe- Ni tampoco soy muy alto. La próxima vez vendré con tacones, corbata blanca y una raqueta de tenis.
Vivian- Dudo que eso sirviera de algo (…). ¿Cuál será su primer paso?
Marlowe- El de costumbre.
Vivian- No sabía que hubiera una costumbre.
Marlowe- Está explicada con esquemas en la página 47 de “Cómo ser detective privado en diez fáciles lecciones”.

Marlowe- Levántese, Carmen. Parece usted un pequinés.


Marlowe- General, vigile a su hija,  ha intentado sentarse sobre mis rodillas cuando yo aún estaba de pie.


General Sternwood- ¿Cómo la gusta el coñac?
Marlowe- En un vaso.
General Sternwood- ¿No le gustaba trabajar para el fiscal?
Marlowe- Me despidieron por insubordinación. Siempre he sido bueno en eso.
Carmen- Tú no eres muy alto
Marlowe- Te juro que yo hice lo que pude.


Carmen-  Me gusta usted. Me gusta.

Marlowe- ¿Sí? Pues aún no ha visto lo mejor. Tengo una danzarina balinesa tatuada en el pecho.

Marlowe- ¿Quién es?
Norris- La señorita Carmen Sternwood.
Marlowe-  Quítenle el biberón, ya es mayorcita.


Marlowe- Dime la verdad porque no abofeteo bien a estas horas de la noche. 


Vivian- Bien, hablando de caballos, antes de apostar me gusta ver cómo arrancan, cómo corren y cómo van en la carrera. Me parece que a usted le gusta arrancar fuerte
Marlowe- Por mi parte, creo que tiene usted cierta clase, pero no sé adónde puede llegar, ni cuánto puede correr
Vivian- Eso depende bastante del jinete.

 Vivian- Ha ido demasiado lejos Marlowe.

 Marlowe- Duras palabras para un hombre, especialmente cuando está saliendo de su dormitorio.


Vivian- Es usted guapo

Marlowe- Y cada minuto que pasa lo soy aún más.