Grandes Héroes, genios conformistas

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Después de su nominación al Globo de Oro, esta película se ha vuelto obligada y no tanto por buenas referencias, si no para constatar la tibia recepción por parte de Miguel a lo que se ha vuelto el estreno decembrino de Disney.

Aunque no estoy dispuesto a calificar a ‘Big Hero 6′ como una de las peores de 2014, si lo estoy para declararla como un intento tímido que logra su misión de lanzar una propiedad de la aún recién adquirida Marvel. Peca demasiado de jugar a la segura con la fórmula establecida, tanto que deberían de darte una hoja en la puerta del cine para jugar lotería mexicana de clichés. Y aún así, tiene sus momentos bien llevados a cabo por los directores veteranos de la industria (Don Hall y Chris Williams) que saben calibrar todos los elementos para no opacar el éxito Frozen del año pasado.

Es solo que como hubiera querido que tomaran más riesgos, el material estaba puesto y a momentos dan indicios de virar a un mundo desconocido con los personajes, para dolorosamente regresar a la tan utilizada fórmula: personaje cariñoso, conflicto, final feliz. Parecía como si tuvieran un chaleco de restricción que les impidiera mostrarnos más allá de las consecuencias que ellos mismos conciben, pero que evaden de la peor forma.

Hiro Hamada es un protagonista genio intelectual, más no tanto emocional que busca su motivación de vida. Hasta eso no se nos muestra como el típico geek con lentes, ropa anticuada o antisocial. De inicio es difícil simpatizar porque no todos somos genios a los 14 años dignos de ir a una universidad, es entonces que conocemos a su hermano mayor Tadashi con quien entablamos cierto vinculo de preocupación por Hiro. Algunos minutos después y pues digamos que el hermano tiene que ir al San Fiernecielo, sin antes dejarnos a su proyecto robot quien todos conocemos y el culpable de ver la película por tanto promocional enfocado en Baymax.

Como mandamiento, se evita caer en el melodrama o tan siquiera alguna lágrima, por lo tanto la escena funeral carece de emoción para no traumar y las consecuencias de la muerte de un familiar son evadidas con la aparición de un villano misterioso. La rehabilitación que no dura ni cinco minutos en pantalla, nos hace suponer que proviene de la interacción de Baymax con Hiro, más nunca llega a ser un conjunto de escenas de comedia ligera. Se pierde la oportunidad de manejar un tema serio que pudo haber establecido un vínculo más interesante con la audiencia y el protagonista. Imagínense el supuesto de que a pesar de tanto dolor por la perdida de un ser querido, Hiro logra manejar sus emociones de una forma sana, humana y conmovedora.

A cambio, tenemos escenas de acción que venden a una audiencia que busca adrenalina o de plano no dormirse. Es aquí donde entra en escena el misterioso hombre kabuki, que si le piensan un poquito no se necesita ser genio para descubrir su identidad. Seguimos con una serie de secuencias con nanobots, persecuciones y un repertorio de frases clichés por un grupo de jóvenes con personalidades tan aceleradas que solo pueden existir en las caricaturas.

Luego después de tanto relleno de animación visual, algo increíble ocurre: Hiro altera la programación de Baymax para aniquilar al villano. Sin excusas, pretextos, por pura rabia y dolor el protagonista se vuelve en un asesino en potencia, que tristemente no lleva a ninguna consecuencia en absoluto. Todo ese grupo de disque amigos hechos superhéroes que lo acompañan en arriesgar sus vidas, de ellos, ninguno tiene el carácter de darle unas bofetadas, golpes en hígado o ahogarlo en agua fría para que vea las consecuencias de lo que intentaba hacer.

Tenían algo tan preciado que hubiera permitido sacarlos de la mediocridad a la que esta destinado Big Hero 6, para luego tirarlo por la borda minutos después con un Baymax tan monótono enseñándole el valor de la vida humana. Me gusta el robot, es simpático, hasta ingenioso, pero es una máquina programada con tan limitada emotividad que no sale de ser un colchón inflable y vender juguetes.

Y pues terminamos con el requerido final lleno de suspenso, acción, explosiones trabajo en equipo, bla, bla, bla; hasta con la muerte falsa, bueno, ya para este punto grito lotería y preguntaría en la dulcería del cine que me gané.

‘Big Hero 6′ es otra más del montón, pero quizás su mayor pecado no es que lo sea, si no que pudo ser mucho más, tanto que hasta me atrevo decir que hubierá estado mejor que Frozen. Al igual que su protagonista, su potencial era para trascender y se conforma con lo mismo de siempre porque la misión en hacer secuelas. Que tristeza.