Paseo por Saldaña un martes, día de mercado. La villa está llena de visitantes de los pueblos de alrededor que aprovechan para hacer acopio de frutas, verduras, embutidos y artículos varios que no pueden encontrar en su localidad de origen. Saldaña es un histórico municipio de Palencia, lugar de hechos notables y primer sitio del que se tiene constancia escrita de la celebración de una corrida de toros en España (escribo el dato pues muchos se sorprenderán de que no sea "su pueblo" en de ancestros taurinos más probados). Es una mediana localidad situada en la vega del Carrión cercana a la muy interesante Villa Romana de La Olmeda, todo un referente en la actualidad en construcciones romanas rurales por su estructura, sus mosaicos y su bien conservado hipocausto. En uno de los escaparates me fijo en una camiseta cuyo diseño llama mi atención. El lema serigrafiado también tiene un punto provocativo: ¡Palentina Libre!. Inevitablemente me viene a la cabeza el ataque de Israel contra la franja de Gaza: los bombardeos, los lanzamientos de cohetes, los dos millares de muertos bajo los escombros... (y en una esquinita muy pequeña de esta imagen mental alguna decena de muertos israelíes, que también los hubo). El detalle del tirachinas le asocio enseguida a la intifada y no deja de chocarme su uso por una aguerrida mujer vestida con el traje regional palentino.
Se lo comento a mi hermano que me acompaña y este se sonríe mientras empieza a contarme una anéctoda a propósito de estas provocativas camisetas. Resulta que tiene una compañera en su hospital (es celador) que es palentina e inocentemente compró una camiseta como estas. Quizás le llamó la atención su diseño o el propio lema, o acaso lo hiciera como irónica respuesta a tanta: ¡Cataluña libre! ¡Euskadi independiente! ¡León solo!... que se prodigan tanto en el mosaico peninsular. El caso es que lució orgullosa su flamante camisita, se fotografió sonriente con ella y colgó las fotos en su facebook. Unas semanas después recibió una citación de la policía en su domicilio. Tuvo que ir a declarar a comisaría y explicar si tenía algún tipo de relación o sospechosa simpatía con movimientos terroristas propalestinos. Por lo que pudo deducir del interrogatorio había sido el propio Mosad (servicio secreto israelí) quién había pedido a la policía española (favor con favor se paga) que investigara su persona.
La historia tenía tintes de leyenda urbana. Me sorprendía bastante que el Mosad llegara al extremo de identificar patrones de texto en las, sin duda, billones de fotos que explora en toda la red mundial y me resultaba increíble que contactara con la policía española y realizara una petición de investigación a una ciudadana española. Si así fuera su ascendencia sobre los servicios secretos españoles debía ser mucha. Quise comprobar si había algún caso relatado en la red y me encontré con que la polémica camiseta estuvo en el candelero hace dos o tres años, cuando apareció en el mercado.
Las explicaciones, más o menos peregrinas, que algunas fuentes dan para el curioso diseño de la empresa palentina "Niquis del Páramo" aluden con socarronería a aquellas mujeres que en 1387 lucharon y vencieron al duque de Lancaster en el asedio a la ciudad de Palencia cuando los hombres combatían en otro frente. Por ello recibieron una banda de oro que, como es lógico, en la camiseta luce: "Palentina Libre". Así nos lo describen algunas crónicas. "Sin lanzas, ni escudos, ni espadas, las mujeres revuelven por sus casas para encontrar herramientas puntiagudas y amenazantes. Con los pañuelos anudados, los zuecos y los mandiles (¿y por qué no tirachinas?), blandiendo rastrillos y guadañas, las palentinas forman un ejército insólito, tan extraño que parece algo sobrenatural, incluso tenebroso". Como premio a su gran valor Juan I, monarca de Castilla, concedió a las mujeres palentinas el ‘derecho de tocas’, permitiéndoles llevar en sus tocados una banda de color rojo y oro, símbolo de la ciudad y que hasta entonces era derecho exclusivo de los caballeros. El traje regional palentino incorpora esta merced del monarca en reconocimiento al heroico comportamiento de aquellas mujeres.
Algunos blogs, se guasean de las protestas que la aparición de la camiseta suscitó en algunos medios israelíes, con noticias ficción en las que describen un conflicto internacional de relevancia planetaria:
Las calles de la ciudad de Palencia se han llenado esta mañana de ciudadanos que, luciendo el tradicional pañuelo palentino, acudían frente a la catedral de San Antolín para quemar banderas israelíes tejidas previamente a mano. “El Estado de Israel no tolerará más ofensas”, advertía el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Pese a que la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, insiste en “no avivar este odio irracional”, el alcalde palentino Alfonso Polanco, del Partido Popular, se declara decidido a “levantar a la ciudadanía contra una opresión tolerada y consentida por nuestro propio gobierno”.
Mientras Netanyahu amenaza con bombardear Castilla y León, Polanco prepara a la población para la ofensiva: “No olvidemos que Israel cuenta con aviones de combate Phantom F4-E además de helicópteros Apache, Cobra y Blackhawk. Es decir, que no hay rival pequeño”. También asegura que “si se crecen, soltaremos a los toros”.
La tensión entre israelíes y palentinos ocupa en estos momentos las principales portadas de la prensa internacional. “Una aldea española empitona al orgullo israelí”, titula hoy The New York Times. La mayor parte de los analistas coincide en señalar que un enfrentamiento armado entre ambas comunidades podría afectar a una economía mundial ya suficientemente mermada. Por este motivo, el Gobierno español intenta calmar los ánimos y llama al orden al ayuntamiento palentino, que está recogiendo piedras y todo tipo de armas para hacer frente a una explosión de violencia que se da por segura.
“¡Que vengan, que vengan!”
Por muy evidente que a algunos les pueda resultar la provocación no es en absoluto comparable a la real agresión, con miles de iconos desgarradores, realizada en la franja de Gaza contra los palestinos, muchos de ellos inocentes e indefensos. En esta guerra asimétrica de piedras contra tanques, sólo nos faltaba que no pudiéramos sacar en una camiseta ni siquiera un rústico tirachinas virtual sin que se ofendan las sectas farisaicas hebreas.