La novela nos cuenta, en tono realista, la historia de dos estudiantes, Bazárov y Arcadi, que regresan a la casa paterna al terminar sus estudios. El conflicto que provocan las nuevas y revolucionariasideas que los jóvenes traen de la gran ciudad, chocan frontalmente con el pensamiento tradicional y conservador de la generación que les antecede. El nihilismo de Bazárov, personaje principal y eje argumental de la novela, irrita a los representantes de la Rusia tradicional, hombres de campo que no tienen preparación suficiente para rebatirle y que terminarán frustrándose ante la fuerza y el empuje de las nuevas ideas revolucionarias. No obstante, la ideología de Bazárov entrará en contradicción cuando, tras la visita a la casa de una joven dama viuda, se deja llevar por el romanticismo que tanto detesta y termina por ser presa de la pasión; una de esas cualidades humanas que convierten a todos los hombres en iguales, un sentimiento que no distingue a los nihilistas de los aristócratas.
-¿Quién los recuerda? Y encima el amor... es tan sólo un sentimiento fingido.
-¿De veras? Me agrada oírlo.
Así se expresaban Anna Serguéievna y también Bazárov, y ambos creían decir la verdad. Pero ¿reflejaban realmente sus palabras toda la verdad? La auténtica verdad. Ni ellos lo sabían, y menos aún, el autor.
La habilidad de Tuguénev como narrador queda patente tanto en el estilo; barroco, sí, pero no rococó, como en el desarrollo de los personajes; muy trabajados en su perfil psicológico. La obra posee muchos puntos de encuentro con Los hermanos Karamázov, de Dostoievski -posterior a Padres e hijos- y anticipa el gran debate que sacudirá Rusia desde mediados del siglo XIX hasta 1917. Los personajes de Bazárov e Ivan Karamázov tienen discursos similares y anticipan el ideario de la revolución que estaba por venir. Otro hecho significativo que remarca el propósito argumental de Padres e hijos, es el constante uso de palabras francesas, recurso que le sirve al autor para dejar patente la creciente presencia de los occidentalistas, en contraposición a los eslavófilos, en la Rusia de la época. Pero la trascendencia de Padres e hijos estriba sobre todo en la influencia que tuvo sobre la abolición de la servidumbre en Rusia. Y es que, el leit motiv de la novela, en su lectura más profunda, radica en el conflicto entre el ideal nihilista y el ideal aristocrático; las dos Rusias, que, como las dos Españas, representan dos paradigmas en conflicto. Un conflicto que no es más que la constante contradicción del ser humano; la del propio BazárovPadres e hijos, de Iván Turguénev. Cátedra (Letras universales), 2010, 2003. Edición y traducción de Bela Martinova.