Grandes momentos del cómic: y llegaron thomas y william

Publicado el 08 mayo 2013 por Juancarbar

¡¡Contra los muertos vivientes!!

Corrían 1985 cuando La Visión intentó conquistar el mundo, después de ser influenciado por ISAAC, la inteligencia artificial que hacía las veces de segundo en Titán, entre los Eternos de Mentor. Por supuesto, sus compañeros Vengadores y su esposa, la Bruja Escarlata, hicieron lo posible para evitar el propósito de la Visión y devolver a su compañero al buen camino, evitando así los planes de dominio mundial del syntozoide… pero poniendo en un brete su situación entre los Vengadores y la ONU, por lo que la Visión y la Bruja Escarlata decidieron abandonar la formación.

La pareja más peculiar de Marvel se marchó a vivir a Leonia, un pueblo de Nueva Jersey para mantenerse al margen del mundo heroico, pero estas decisiones unilaterales no suelen funcionar, y así, tuvieron que vérselas con Magneto, el Sapo o los Siete de Salem entre otros en la que muchos han considerado una de las peores series de la historia del cómic, con guiones de Steve Englehart y dibujos de Richard Howell. No voy a hablar de la serie en sí, si no de lo que significó para mí, y por qué elijo algo de lo que ocurre dentro como uno de mis momentos del cómic.

Por 1985 yo tenía siete años, es decir, que para cuando la limited llegó a España, supongo que andaría por los nueve o diez. La Visión y la Bruja Escarlata eran mis héroes favoritos, y tan pequeñuelo, para mi fue un hito poder completar los doce números de la serie. Quizá a día de hoy no soportarían una relectura (la leí tantas veces de crío que ni me planteo hacerlo ahora) pero en su momento, me parecieron la leche. ¡Agatha Harkness y los Siete de Salem eran personajes absolutamente terribles! ¡La Bruja Escarlata enseñando magia a una vecina! ¡Magneto de visita! ¡Mercurio descubriendo la infidelidad de Crystal! ¡Glamour e Ilusión! ¡Era la leche!

Una familia feliz… por poco tiempo.

Durante la serie, Wanda usó la fuerza mágica de los Siete de Salem para manipular la realidad y cumplir su sueño: quedarse embarazada. Evidentemente no podía ser un embarazo normal, era un embarazo “mágico”, y al final de la serie, Doctor Extraño mediante, la Visión y la Bruja Escarlata se convirtieron en padres de dos robustos gemelos, a los que llamaron William… y Thomas. O sea, de pronto me encontré con que la Bruja Escarlata y la Visión ponían a uno de sus niños mi nombre (en inglés, sí, pero daba igual). ¿Cómo no iba a ser este uno de mis momentos favoritos del cómic?

Luego llegó Byrne y lo destruyó todo (creo que aún le odio por aquello), diciendo que William y Thomas eran proyecciones del poder mutante de Wanda manifestadas con fragmentos del poder de Mefisto, deshizo el matrimonio, enloqueció a la Bruja Escarlata, desmontó a la Visión… Y más tarde aún, no hace tanto, resultó que los jóvenes William y Thomas, de una forma un tanto retorcida, estaban encarnados en Wiccan y Veloz, de los Jóvenes Vengadores, donde curiosamente Wiccan se había convertido también en uno de mis personajes fetiche.

Así que, pese a que se diga que la serie donde vieron la luz fue una castaña… ¡yo me quedo con este momento como uno de mis grandes momentos del cómic!