Grandes monólogos cine (XIII)

Publicado el 06 diciembre 2010 por Quesito
Un largo y fundamental monólogo muy bien dirigido y, sobre todo, muy bien interpretado por Harvey Keitel en Smoke (1995), de Wayne Wang y Paul Auster.
"(...) Aquella anciana de repente me abrazó allí en la puerta, yo también la abracé. Fue como si los dos decidiéramos...jugar a ese juego. Sin tener que discutir las reglas. Sabía de sobra que yo no era su nieto. Era vieja y chiflada pero...no estaba tan mal como para no distinguir entre un completo extraño y alguien de su propia sangre. Sin embargo, fingir la hacía feliz. Yo no tenía nada que hacer, así que acepté encantado el juego (...)".