Hoy en día estamos más que habituados a comprar en centros comerciales o grandes hipermercados. Tenemos decenas de cadenas y centros para elegir y el hecho de ir a comprar a estas grandes superficies se ha convertido en algo totalmente habitual.
Esta corriente comercial se comenzó a desarrollar en España en los años 80 (con permiso de El Corte Inglés o Galerías Preciados, que venían de antes). Hoy recordamos a algunos pioneros de las grandes superficies de los 80 que marcaron una época pero que por diferentes circunstancias acabaron desapareciendo:
Pryca
Hablar de Pryca (Precio y Calidad) es referirnos al pionero en España de las grandes superficies comerciales tipo hipermercado. Se creó en 1976 por medio de una sociedad formada por Carrefour y Simago (otro de los míticos de los 80), controlada esta última por March.
Su estrategia fue clara desde un principio, y no fue otra que traer a España el modelo de hipermercado americano, algo totalmente desconocido en aquella época por estas tierras. Para ello optó por construir sus centros comerciales a las afueras de los grandes núcleos urbanos, con una superficie muy extensa y con enormes aparcamientos que permitieran a las familias acudir con su coche (y con ello facilitar compras masivas). Fueron también de los primeros en introducir la marca blanca (por ejemplo, TEX en textil).
El modelo funcionó francamente bien y poco a poco los hipermercados se fueron rodeando de gasolineras, galerías comerciales o cines, algo que es habitual hoy en día. La gente solía acudir en masa, maravillados por el concepto (especialmente los que éramos niños por aquel entonces).
La gran expansión de Pryca se produjo entre 1985 y finales de los 90, cuando contó con más de 100 centros comerciales, llegando incluso a salir a bolsa. Sin embargo, la amenaza del aterrizaje de Wall-Mart en Europa hizo que Carrefour se fusionase con Promodès (dueña de Continente). Tras esta unión los centros Pryca y los Continente pasaron a ser Carrefour, todo ello con el objetivo de frenar la entrada del gigante americano.
Celso García
Los almacenes Celso García quizás no fueron los más populares, pero contaban con un público muy fiel y consolidado en las ciudades en las que se asentó la cadena (Madrid y Salamanca).
Quisieron crear un estilo propio, diferenciado al de El Corte Inglés o Galerías Preciados. En realidad compartía varias cosas con estos centros comerciales, pero pretendieron dirigirse a un cliente de clase media acomodada, algo más “sibarita” de la que podía acudir a aquellas otras dos cadenas.
El estilo y la decoración de las tiendas Celso García era muy sobrio y “noble”, predominando las maderas oscuras, las paredes enteladas y las moquetas con las siglas CG lo que, unido a un trato al cliente por parte de los vendedores muy cuidado, hacía que el comprar allí fuese algo calmado y tranquilo, alejado del bullicio de otros centros.
Finalmente Celso García fue víctima de una gestión anticuada que no supo adaptarse a los nuevos tiempos que corrían, quedándose fuera del mercado en cuanto a innovación y talento, lo que le hizo perder cuota de mercado. En 1987 la cadena se vendió a un grupo de inversores (H Capital), los cuales vendieron la empresa dos años después a Cortefiel y Marks & Spencer (que a su vez fue comprado por El Corte Inglés).
Galerías Preciados
Sin duda el gran rival del El Corte Inglés desde los años 40 y el que finalmente perdió la batalla. Galerías Preciados fue fundado por Pepín Fernández, primo de César Rodríguez (fundador de El Corte Inglés) tras llegar de Cuba y haber visto los grandes almacenes de La Habana.
Sin embargo, el poderío de El Corte Inglés sobre Galerías Preciados no fue siempre así. Hasta los años 60 era Galerías quien dominaba claramente el mercado de la distribución en España, pero cuando murió César Rodríguez y se puso al frente Ramón Areces, el Corte Inglés inició una expansión que se llevó por delante a su eterno enemigo.
El gran problema de Galería Preciados fue su enorme endeudamiento del que nunca se pudo recuperar fruto, asimismo, de un plan de expansión que no salió del todo bien. Ya en 1979 el Banco Urquijo, su gran acreedor, se hizo con el control de la empresa. A su vez Rumasa de hizo con Urquijo en 1981, lo que condujo a que Galerías pasase a ser parte de su conglomerado de negocios. Sin embargo, la conocida expropiación de Rumasa en 1983 derivó en la venta de las galerías comerciales al grupo venezolano Cisneros.
Si bien el devenir de Galerías Preciados ya había sido lo suficientemente complicado, a partir de 1987 se sigue retorciendo cuando Cisneros vuelve a vender la compañía a la británica Mountleigh. Estos hicieron un gran esfuerzo por reflotar la cadena, modernizando e invirtiendo en los centros, pero no fue suficiente y las pérdidas continuaban aumentando. Aguantaron hasta 1992 cuando la empresa se vendió, de nuevo, a un grupo de inversores nacional, los cuales no hicieron más que engordar las pérdidas hasta que en 1995 caen en la mayor suspensión de pagos hasta entonces (28.000 millones de pesetas).
Lo que sucedió en 1995 es de sobra conocido, El Corte Inglés adquirió Galerías Preciados y todos sus centros, cambiando la marca de éstos por la suya propia acabándose la historia, con ello, de uno de los más importantes grupos de distribución de nuestro país.
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