Granjera por un día en el retiro de Oro 2022

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

En el año 2020 gané varios incentivos en Young Living, la empresa que me provee los aceites esenciales que vendo. Gané un viaje a Disney con toda la familia y dos retiros de rango: el de Plata y el de Oro.

Para ganar estos retiros, has de llegar a ese rango y mantenerlo 3 meses. Son un chute de motivación, ya que te llevan a conocer directamente el corazón de la empresa y cómo se producen los mejores aceites esenciales del mundo.

Debido a la pandemia, todos esos viajes se han ido retrasando y los estoy disfrutando todos este año. ¡Y tan feliz!

El retiro de Oro fue en Spokane, Washington donde nos alojaron en un hotel de 4 estrellas con una cama gigantesca. Yo estaba como una reina.

En el registro del evento me regalaron un montón de cositas y productos de Young Living (suerte que me llevé espacio de sobra en la maleta porque ya sabía que esto pasaría) y ese primer día lo tuvimos “libre”, así que hicimos un poco de turismo por la ciudad.

Digo hicimos, porque fui con otras compañeras del mundo aceitil que también ganaron este incentivo y que además, no solo son compañeras, sino también amigas. ¡Así que todo fue espectacular!

El jet lag fue durillo, la verdad. Porque además íbamos a tope de actividades y nos costaba un montón dormir.

Spokane nos pareció una ciudad muy bonita y además, había bastante oferta de comida sin gluten, así que terminamos en una hamburguesería realmente auténtica con unas pedazo burgers sin gluten que flipas en colores. Yo estaba feliz (aunque comiendo queso que no debía, jaja!)

Por la noche tuvimos la presentación del retiro en la sala de convenciones del hotel y ahí es donde nos sirvieron la primera comida de Young Living. Yo no me lo podía creer: había opciones gluten y dairy free (sin leche ni gluten) y además estaba todo buenísimo.

Las mesas estaban servidas con botellas de Ningxia Red que obviamente se agotaron enseguida y una barra libre de mojitos libres de alcohol con Ningxia también. Nos cuidaban tanto que no nos daban ni café ni alcohol. Y oye, ¡gracias!

El segundo día fue de formación pura y dura. Pero no sin antes pegarnos un buen desayuno

Nos explicaron técnicas de venta, de liderazgo y de cómo la vida puede llevarnos por distintos caminos y qué importante es saber amoldarse.

Tanto personal de Young Living como distribuidoras de rangos más altos, nos dieron los mejores tips para que siguiésemos haciendo crecer nuestros negocios. Fue brutal, la verdad.

Por la tarde hicimos turismo en Target y volvimos a cenar a la hamburguesería del día anterior que tanto nos gustó.

El tercer día fue uno de los más emocionantes, ya que nos llevaron a la granja de Saint Maries, en Idaho. La primera granja de Young Living, donde se plantó la primera planta de lavanda y donde empieza toda su historia hace ya 30 años.

Estuvimos por los campos, el invernadero de melisa, atendiendo al proceso de destilación que nos explicaron detalladamente y después de una comida fantástica bajo una carpa, así todo muy campestre, estuvimos de cháchara con Mary Young en su casa.

En los campos olía… que eso no se puede explicar. ¡Qué olor! Jamás había olido una planta de lavanda tan potente. ¡Qué pasada!

Y fue ese día cuando empezamos a hacer algunas relaciones con las compañeras de México. Estuvimos compartiendo estrategias de negocio, técnicas de venta… No puedo estar más agradecida de haber tenido la oportunidad de conocer cómo se trabaja en otros países.

Al día siguiente tuvimos una actividad muy muy divertida y que nos dimos cuenta que era una metáfora de nuestro negocio: fuimos a hacer rafting.

En realidad fue un rafting muy relajado y acabamos empapadas del agua helada del río de Spokane, porque nos dieron pistolas de agua. Nos hace falta poco para desmelenarnos, ¡ja ja!

Por la noche tuvimos la cena de despedida. Nos pusimos elegantes y tuvimos espectáculo cómico mientras cenábamos una comida riquísima. Acabamos compartiendo unos mojitos con nuestras compis mexis.

Este lazo está bendecido por el mismo Dalai Lama y nos lo regaló una compañera para que estuviese siempre con nosotras. Además, fue confeccionado bajo el mantra: “Que todos los seres sean felices”

Hay muchas cosas que me dejo sin compartir, por mantenerlas en privado y en petit comité.

Lo que sí que diré a viva voz, es que estoy agradecida de poder dedicarme a esto. De ayudar a tantísimas personas a llevar un estilo de vida más natural a través de productos ancestrales, como lo son los aceites esenciales. Siempre han estado ahí y siempre lo estarán.

Que nos premien así por nuestro esfuerzo y duro trabajo es maravilloso. Hemos vuelto con las pilas cargadas y hace una semana tuvimos la convención europea en Valencia.

Imagínate, otra vez emociones a flor de piel.

¡A por la siguiente aventura!

p.d: Si te genera curiosidad este negocio y te planteas que podría ser una fuente de ingresos para ti, ¡escríbeme y hablamos!