Creo que queda muy poca gente en el mundo que no sabe quién son los Cazafantasmas. Tenemos las tres películas (una de ellas bastante reciente), una serie animada, videojuegos y una infinidad de merchandising. Y es que Cazafantasmas es una franquicia con una buena base de fans fieles, aunque por supuesto, mayor en EEUU que aquí. Y por fin nos ha llegado a España un producto más, la serie regular de cómics publicada en IDW que retoma las dos primeras películas, siguiendo las aventuras de Venkman, Stantz, Spengler y Zeddemore. El cómic de este primer arco “El hombre del espejo” nos sitúa en 1993 tras los sucesos de la película, resultando ser un nuevo intento de Gozer el Gozeriano para traer la destrucción a la Tierra. No es una historia nada original, pero supone un reencuentro tan nostálgico como entretenido con el universo de los Cazafantasmas; sus personajes principales, desarrollando a partir de las películas una historia bien cimentada que deja con ganas de más.
Este primer tomo me parece una perfecta toma de contacto para lo que está por venir en la serie regular, que lleva publicándose desde 2009 en EEUU. Partir de material ya reconocible no siempre es fácil, pero el guion de Burnham como buen conocedor y fanático del original, lo hace a las mil maravillas. La química entre los protagonistas está siempre presente, el toque cómico no falla, y los homenajes no faltan en las viñetas. El guionista ha sabido captar el espíritu correcto, la cultura pop ochentera y la magia de los guiones originales de Dan Aykroyd y Harold Ramis. El mayor acierto viene de la parte del arte, con ese estilo cartoon que tantas series llevan actualmente, y que encaja al 100% con el tono divertido del mundo Cazafantasmas.
Schoening adapta bastante bien a los actores originales, tanto sus expresiones faciales como corporales, pareciendo toda una serie animada actual. Así como el colorista Luis Antonio Delgado, dentro de lo correcto, nos regala alguna salida espectral alucinante. Todo un acierto por parte de Fandogamia, perfecto complemento para el fanático de las películas y divertido para el que lo haya pasado simplemente bien con ellas. Ahora me quedo esperando ese tomo que cruza con las Tortugas Ninja (¡sale justo hoy!) ya que promete diversión a raudales: ¡Cowabunga! y seres espectrales.
La producción de los hermanos Olivaresllego a la TVE en febrero de 2015 creando una pequeña base de fans muy fieles que ha ido creciendo exponencialmente. Y no es para menos. La serie ha conseguido colocar una ficción de género en la cadena nacional española, pero además nos ha recordado grandes figuras de la historia de España como Velázquez, Lope de Vega o Lorca, por ir empezando, así como grandes momentos históricos. Además de ser casi una pionera serie de género en España, también lo es al abordar un proyecto transmedia. Porque El Ministerio del tiempo ha tenido ya vídeos con realidad virtual, un podcast que seguía una rama de la historia, un diario web, un libro y hasta un juego de mesa. Y ahora nos llega un cómic con El Torres (Camisa de Fuerza) y Desiree Bressend al guion con una idea de Javier Basalo (Aleta ediciones), el dibujo de Jaime Martínez, y el color de Sandra Molina.
El cómic supone un capítulo más, que sigue fielmente la herencia televisiva en forma de miniserie interesante y bien contada. La historia nos sitúa cuando el subsecretario Salvador Martí es agredido por dos desconocidos, dejándolo sangrando en el suelo mientras estos huyen por dos puertas. Los agentes no tardaran en ir a la búsqueda y captura. El guion juega muy bien con tres momentos temporales (en vez de los dos habituales de la serie) con el día que Salvador Martí acepto su cargo, la noche de San Daniel el 10 de abril de 1865, y la actualidad. Y eso es lo que más me ha gustado, que además de ser un buen capítulo y seguir el espíritu de sus personajes, aprovecha el formato todo lo que puede sin olvidar los guiños habituales y explorando algo más el concepto del tiempo.
Es un acierto el tipo de dibujo escogido, tirando hacia el lado realista. Ayuda también un fabuloso color, lleno de matices oscuros. Amelia, Julian, Alonso y el resto de protagonistas son clavados a sus homólogos de carne y hueso, y algunas escenas son simplemente brillantes, como la que nos muestra las puertas del Ministerio. Pero a veces peca de buscar demasiado el primer plano, y echar el dinamismo de todo el cómic por tierra. Creo que es la nota a mejorar para posteriores volúmenes en esta versión gráfica. Porque si, me han contestado por Twitter que ya se encuentran trabajando en un a segunda entrega.
3 / 5
Esta obra de Tezuka navega entre la aventura, el drama, el terror y una buena dosis de humor. Nos sitúa para ello en la Era Sengoku, un largo periodo de guerra civil japonesa previa a la unificación llevada a cabo por el shogun Tokugawa. Llevado por su ambición, Kagemitsu Daigo hace un pacto con los demonios a cambio de tener poder para conquistar el mundo. Este pacto consiste en que cada uno de los 48 demonios se llevarán una parte del cuerpo del hijo que su mujer está a punto de dar a luz. Contra todo pronóstico el bebé sobrevive, pero es abandonado por sus padres inmediatamente. Un médico alejado del mundo lo recoge, y gracias a sus conocimientos consigue fabricarle partes artificiales para su cuerpo mientras lo educa. En su madurez, y ya formado como guerrero, decide emprender un viaje de venganza para encontrar y derrotar a cada uno de los 48 demonios, y así recuperar cada parte de su cuerpo. Pero no estará solo, un joven ladronzuelo huérfano llamado Dororo se unirá en su viaje, formando un tándem inquebrantable.
Es interesante observar el estilo de dibujo y el diseño de sus personajes, con la clara influencia del maestro Walt Disney. Personajes de líneas redondeadas, con aspecto más infantil e inocente, luminosos y, sobre todo, muy expresivos. El contraste entre este diseño y lo que nos está contando es una de las bazas de Tezuka para rebajar el tono y a la vez poder tocar todos estos duros temas. Pero no solo en el diseño sorprende. Tezuka se dedica a experimentar con el lenguaje narrativo del manga durante todo el volumen: descuadra viñetas, las rompe, juega con diferentes tonos de negro o se dedica a dejarte boquiabierto con el detalle de algunos escenarios. Dororo es un buen acercamiento a la obra del “Dios del manga”, aunque se vuelve repetitivo si se lee del tirón. Una forma de conocer su estilo, de ver como trato de asentar unas bases a día de hoy reconocibles en el mundo del manga, o de leer una historia más que entretenida.
3,5 / 5
La teoría de la interconexión nos dice que toda una sucesión de hechos aleatorios está realmente conectada, aunque no sepamos como. O al menos, eso es lo que defiende el emblemático personaje ficticio creado por Douglas Adams en 1987 con tres novelas a sus espaldas. Con él propone historias alocadas, de ritmo vertiginoso, surrealismo a más no poder, y una alta dosis de aventura y humor. Había recibido una adaptación a televisión en 2010, pero actualmente tenemos una fantástica última versión de Max Landis en BBC America, que pronto emitirá su segunda temporada. Y ahora en España, gracias a ECC Ediciones, nos llegan las dos primeras historias completas que se han desarrollado en formato cómic del personaje: “Una cuchara demasiado corta” y “La interconexión de todas las coronas”.
Sin pretender adaptar ni los libros ni la serie, aunque si que toman algunas señas en su diseño, los guionistas C.Ryall y A.E. David tratan de tomar el espíritu de Dirk Gently y darle una continuación a la segunda novela. En la primera historia, Dirk investiga a una familia que ha perdido toda forma de comunicación. Es una historia más sencilla, un tanto predecible y sin esa chispa humorística del personaje, pero que sirve para conocer su origen mientras abordamos un caso. Mientras tanto, “La interconexión de todas las coronas” nos presenta ya una historia con ese toque alocado característico. Dejando atrás Inglaterra para irse a San Diego, Dirk se verá implicado en un caso en el que el robo de un equipaje termina conectado a una pareja de asesinos en serie de vacaciones, una momia revivida y un teléfono móvil con energía propia. Tres historias que van tomando un hilo común, que aunque no llega a sorprender del todo, si que mejora la primera historia.
En cuanto al dibujo de I. Kyriazis, T.Akins, en ambas historias es agradable, bastante colorido, brillante y alegre, con alguna expresión bastante cartoon. Destacan las portadas originales de algunos números, simplemente alucinantes y que salen reproducidas en todo el compendio. Acompaña al volumen un prólogo del actor Samuel Barnett (Dirk Gently en la serie) y unas fotos de rodaje al final, que son bastante interesantes como contenido adiccional. Espero que ECC ediciones nos traiga otro volumen cuando la actual The Salmon of Doubt este completa.
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