Y en medio de ese espectáculo cósmico, dos caras conocidas, Clooney y Bullock, cumplen. Paso de puntillas por los actores porque la fiesta no va por ahí. Lo importante es que la película te atrapa, te paraliza y te quita el aire durante 90 minutos. Una hora y media que pasas agarrado a la butaca por si acaso se abre alguna escotilla por ahí y sales despedido hacia las profundidades de la pantalla. Una absoluta maravilla.
Lo mejor: los insuperables 30 primeros minutos.
Lo peor: estaba demasiado embobado para fijarme en lo malo.