Después de un largo debate que se prolongó hasta la madrugada de ayer, los ministros de finanzas de los 17 países de la zona euro dieron luz verde al desembolso de 130 mil millones de euros a Grecia, pendientes desde octubre del año pasado. De estos 130 mil millones, 100 mil millones corresponden a ayudas públicas y los 30 mil millones restantes constituyen garantías para ofrecer a los acreedores privados un incentivo para el canje de deuda.
Pero tras este acuerdo, Grecia se ha colocado una camisa de fuerza dado que ha entregado su soberanía e independencia fiscal a la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la conocida troika que comienza a tomar las riendas de Europa. Los funcionarios de la troika se instalarán en Atenas para vigilar cada euro que entra y sale y para agilizar las privatizaciones que esperan aportar al país 50 mil millones de euros, casi un cuarto del PIB anual, de aquí a 2015.
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