La lucha divergente entre los independentistas y los convergentes genera guerras dialécticas propias de adolescentes, ciegos por orgullo y convicciones perdiendo las formas y las razones, si acaso las hubo.
No se trata de avivar más el fuego ante tales enfrentamientos carentes de sentido y rigor, pero merece al menos plantear la situación desde un punto de vista real y vital, el económico.
Tampoco se trata de hacer una lista con los pros y los contras de unos y otros, pero si quizá, debería reflexionarse quién pagará qué en caso de, cuestión que poco importa en estos momentos.
Los que se pierden en sentimientos y los que se
Cataluña muy a la deriva emocionalmente por sus dirigentes, tendrán que asumir determinados papeles transformando su discurso al más fiel estilo Tsipras.”…