Tras dos años de una cruenta batalla con la crisis de deuda soberana en la zona del euro, los problemas de Grecia están muy lejos de ser resueltos. La caída en picada de la economía griega demuestra que los planes de austeridad sugeridos por Alemania han sido un verdadero fracaso, y que todas las ideas de la troika UE-BCE-FMI están obsoletas. Como siempre, las estimaciones sobre el crecimiento del PIB heleno fueron demasiado optimistas y alejadas de la realidad de un país que ha sido aplastado por la más lacerante crisis financiera de las últimas décadas. Por algo el Banco Mundial ha advertido que Europa se encuentra en camino a una recesión y se pretende que las próximas cumbres aborden el tema con más seriedad de lo que se ha hecho hasta ahora.
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