En las semanas siguientes a la invasión de Irak en 2003, al alférez estadounidense Roy Miller comienzan a surgirle serias dudas sobre el papel de su país en la guerra y los motivos que lo condujeron al conflicto. En este clima de incertidumbre, Miller se verá involucrado en las complicadas tramas que tejen las agencias de espionaje y la línea entre los bandos enfrentados será cada vez más difusa.
Después de las recomendables En el valle de Elah y la oscarizada The Hurt Locker nos llega una nueva película que trata de forma acertada el actual conflicto de Irak, esta vez con la estructura de thriller bélico. Tras las cámaras se encuentra el británico Paul Greengrass, experto en intrigas actuales como prueban United 93 o las dos últimas entregas de la saga Bourne, con cuyo protagonista vuelve a contar para esta ocasión. Además, Brian Hegeland (Mystic River) es el guionista encargado de colaborar con Greengrass para dotar a Green Zone de un ritmo trepidante, dobles juegos y una visión del delicado asunto de las armas de destrucción masiva adecuada a la realidad, que deja a los espectadores sacar su propias conclusiones sin caer en polémicas infundadas.
Es inevitable comparar este filme con la labor de Greengrass en la saga Bourne, pues además de una trama similar en que el protagonista se enfrenta contra agencias de espionaje y se encuentra solo frente a todos (incluso la banda sonora es del mismo compositor), la dirección continúa siendo acertada pero inquieta, con rápidos movimientos de cámara; puede que para marcar el ritmo de la acción, que no escasea y está repartida con sensatez en la película.
Al frente del reparto tenemos a Matt Damon, actor que ha demostrado de sobra su profesionalidad; basta con recurrir a sus últimos tres trabajos (El Soplón, Invictus y esta Green Zone), en los cuales se desenvuelve en papeles totalmente opuestos aportando a cada uno de ellos rasgos distintivos. Le acompañan Amy Ryan (Adiós, pequeña, adiós), Jason Isaacs (Lucius Malfoy en la saga Harry Potter), Greg Kinnear (padre de Pequeña Miss Sunshine) y Brendan Gleeson (Gangs of New York), todos ellos apropiados para sus roles pero sin oportunidad de lucirse frente al protagonista, auténtico motor de la historia que se nos relata.
Thriller a desenredar realizado con oficio sobre uno de los conflitctos de mayor actualidad, Green Zone sigue la estela de Jason Bourne en todos los sentidos, si bien no por ello debe ser desestimada.