Las críticas de Agustín Olivares: Gremlins
En una época en la que nos invaden los remakes, reboots, reborns y refritos, no está de más echar la vista atrás, y revisar alguna de esas piezas que pueden ser víctima de la escasez de ideas que sufre el Hollywood contemporáneo. Hoy le toca el turno a Gremlins, uno de los exitazos de 1984, que en palabras del propio director podría sufrir un remake en los próximos años.
En el film, Billy recibe su regalo de navidad antes de tiempo. Se trata de Gizmo, un animalito de lo más tierno, perteneciente a la raza mogwai. Para cuidarlo, tiene que respetar tres reglas básicas: No darle de comer después de medianoche, no mojarlo y evitar que le de la luz del sol. Todo se torcerá cuando, una a una, todas las reglas sean violadas y el pueblo de Billy sufra una invasión de lo más terrorífica… y desternillante.
La película podría meterse dentro del saco de las películas terrorífico-cómicas propias de la época, tales como Evil Dead, House o Noche de miedo, aunque con ciertas diferencias que la aleja bastante de éstas: su presupuesto y el equipo técnico.
Gremlins contó con 11 millones de dólares de presupuesto, muy por debajo de, por ejemplo, los 375.000 dólares con los que contó Evil Dead. Esta diferencia de dinero, sumada al talento de su director (Joe Dante - Piranha), al de sus productores (Kennedy, Marshall y Spielberg, es decir, Amblin – Et) y su guionista (Chris Columbus – Los goonies) conformaron los ingredientes necesarios para hornear una película que se convertiría en un clásico atemporal.
No obstante, y teniendo en cuenta que el film tiene la friolera de 27 años, el aspecto más destacable del mismo es la animación de los gremlins. El equipo capitaneado por Chriss Wallas consiguió dar un aspecto totalmente creíble a los monstruitos, dotándolos de unos movimientos tan suaves que en ningún momento parecen animatrónics. La gran expresividad de sus caras y la gracia en sus movimientos, sumado a la pericia de Dante a la dirección, hacen que realmente creamos que los gremlins corren, bailan, cantan e incluso conducen.
Otro aspecto a destacar es la música compuesta por Jerry Goldsmith (Alien). Haciendo uso tanto de instrumentos tradicionales como de sintetizadores, crea una partitura con melodías que todavía hoy en día suenan frescas. No obstante, bien es cierto que algunos cortes suenan un poco “naif”, pero en general, y especialmente la melodía que canta Gizmo, la música cumple con su función y no rechina en absoluto.
En cuanto al reparto, todos los actores cumplen con su función. No hay ninguna gran estrella entre el cast, pero tampoco se echa en falta. Los protagonistas absolutos son los gremlins, y los actores humanos consiguen actuar convincentemente sin eclipsarlos.
En definitiva, Gremlins en una grandísima película, muy divertida y terrorífica a la vez. Su gran banda sonora, una dirección impecable y unos efectos especiales de lo más convincentes hacen de ella un producto muy disfrutable.
Hay películas que, tras su visionado, pueden hacerte pensar que “necesitan” un remake (por ejemplo, Rabia del maestro Cronenberg), pero Gremlins, desde luego, no es una de ellas.