Da gusto ver una película de tanta calidad salida de nuestro país. Con un ritmo endiablado, que engancha desde el primer momento, y unas interpretaciones increíbles, salvando a Mario Casas y sus dificultades cuando no se está moviendo, Alberto Rodríguez nos entrega un gran thriller policiaco, donde un grupo de la policía intenta erradicar la droga de las calles de Sevilla antes de la Expo 92, utilizando los métodos que hagan falta. Todo está grabado con inteligencia y gusto por el cine negro de los 70 y 80, e incluso en las subtramas dramáticas y quizás menos trascendentes, podemos encontrar grandes momentos de desarrollo en los personajes. Los dos únicos defectos que tiene el film, son su corta duración, para la cantidad de años que transcurren en la película, y lo dificultoso que se hace entender ciertos diálogos con acento andaluz o falta de vocalización.
Mi Puntuación: 7.9