Impresión artística del planeta enano Eris. Autor: ESO/L. Calçada.
Nuestro sistema solar tiene “nuevos” integrantes, gracias al descubrimiento realizado con una cámara diseñada para estudiar la energía oscura.
Hace dos semanas, astrónomos reportaron el descubrimiento de 2012 VP113, apodado “Joe Biden”, por el vicepresidente de Estados Unidos. Este potencial planeta enano fue visto en las franjas exteriores de nuestro sistema solar, en una región conocida como el “interior de la Nube de Oort”. Días después, el mismo equipo reportó otros dos potenciales planetas enanos, conocidos como 2013 FY27 y 2013 FZ27.
Ambos objetos se encuentran en el Cinturón de Kuiper, un grupo de cuerpos relativamente pequeños más allá de la órbita de Neptuno, en donde también se encuentra Plutón y otros planetas enanos. Los astrónomos sospechan que el Cinturón de Kuiper está colmado de planetas enanos, pero reflejan muy poca luz o están demasiado alejados para poder ser vistos en las búsquedas previas.
FZ27 se encuentra a 50 unidades astronómicas (UA: la distancia entre la Tierra y el Sol, o 149.597’870.700 de metros) del Sol, en el extremo lejano del borde del Cinturón de Kuiper. Con aproximadamente 600 kilómetros de ancho, el objeto es lo suficientemente masivo para tomar una forma esférica con su propia gravedad, lo cual es uno de los criterios para ser nombrado como planeta enano. El otro reciente descubrimiento, FY27, tiene probablemente mil kilómetros y se encuentra a 80 UA del Sol.
Ojo oscuro
Estos recientes descubrimientos no son coincidencias. Los tres objetos fueron encontrados por la “cámara de energía oscura” (Dark Enery Survey, es su nombre original en inglés), que se encuentra en el telescopio Víctor M. Blanco, en Chile, que tomó las primeras imágenes en el 2012. Con una calidad de 570 megapixeles, esta cámara está diseñada para recolectar luz débil de millones de galaxias distantes en la búsqueda por claves para comprender la naturaleza de la materia oscura, la extraña fuerza que ha causado que el universo se expanda en una aceleración constante.
En el proceso, la cámara recolectó cientos de gigabytes de información, los cuales pueden usar los astrónomos para encontrar cuerpos lejanos en nuestro sistema solar que, hasta el momento, han sido invisibles.
“Es por eso que encontramos varios de estos objetos, aunque su luz es débil”, comentó Scott Sheppard, co-descubridor en el Carnegie Institution for Science, ubicado en Washington, Estados Unidos. “Esperamos encontrar mucho más de estos en el futuro”.
Fuente: New Scientist