Grupo Tudanca, la historia centenaria de un legado familiar.

Por Baco Y Boca @BacoyBoca

El secreto de su prestigio no es fruto del azar, sino que se ha logrado gracias a la calidad, la pasión, la innovación y el sacrificio

A 152 kilómetros de Madrid  y en una zona privilegiada bañada por el río Duero, se erige el Área de Servicio Tudanca-Aranda ubicada en el municipio burgalés que le da nombre, Aranda del Duero. Esta área de servicio fue declarada en el año 2007 por el RACE como la mejor área de descanso de toda España y dos años más tarde, en 2009, el prestigioso diario británico The Guardian, la incluyó en su lista de las mejores paradas en ruta de España. Un privilegio que se ganó no solo por sus altas prestaciones, sino también por la calidad de su oferta en restauración y vinos.

El secreto de su prestigio no es fruto del azar, sino que se ha logrado gracias a la calidad, la pasión, la innovación y el sacrificio, unos ingredientes que se han mantenido inalterables desde los orígenes de esta saga familiar, la familia Tudanca, cuya historia empresarial se remonta a finales del siglo XIX. Esta empresa familiar, que comenzó con un pequeño obrador en Aranda del Duero, ha ido creciendo con el paso de los años gracias a la calidad de su oferta, el trabajo de la familia y al empeño y la visión empresarial de la matriarca y alma mater del clan, Victoria de las Heras. Así, con el paso de los años, la familia Tudanca ha conseguido levantar un emporio empresarial que da trabajo a 140 personas, factura 13 millones de euros y se diversifica a través del negocio de la pastelería, la hostelería, las tiendas y los viñedos.

Sus orígenes arrancan en 1870, cuando el matrimonio formado por Victoria de las Heras y Gregorio Tudanca pusieron en marcha un pequeño obrador en Aranda del Duero para satisfacer los caprichos más golosos de la zona. Quizás sea por su antigüedad o por la calidad de sus productos, o por ambas a la vez, lo cierto es que el hojaldre Tudanca se ha ganado la fama de ser uno de los mejores de España. Tanto es así que lo sirven a un nutrido y secreto grupo de restaurantes con estrella Michelín y no hay un asador que se precie en la zona que no incluya este dulce en su lista de postres.

El secreto de su éxito radica, según nos cuentan, en la calidad de su materia prima, aunque nosotros descubrimos uno más durante la visita que realizamos a su obrador; las manos experimentadas de Antonio, el maestro pastelero que durante 40 años de absoluta dedicación ha ido amasando este hojaldre con la misma delicadeza y pasión que la primera vez. En su obrador, y bajo su batuta, se preparan cada día hojaldres, yemas, empiñonados, pasteles y tartas variadas. Como novedad, muy pronto comenzarán a vender en Madrid la torta de Aranda, un tipo de pan aplanado típico de esta zona elaborado a base de harina, agua, masa madre, sal, levadura y aceite de oliva.

Y en la cuna de los vinos Ribera del Duero no podían faltar los viñedos. Así pues, la familia Tudanca cuenta también con 36 hectáreas de uva tempranillo repartidas entre los municipios de La Horra y Gumiel de Mercado, unas parras centenarias que durante décadas han servido para elaborar los vinos más afamados de la zona pero que, desde el año 2011, se han destinado a hacer realidad el sueño de Vicenta, contar con un vino propio. Y no solo uno, sino cuatro, las etiquetas que actualmente elaboran: Tudanca Roble 10 meses, Tudanca Crianza, Tudanca Vendimia Seleccionada y Tudanca Verdejo. Cuatro excepcionales caldos a los que muy pronto se sumará un quinto, el Vicenta Mater, un homenaje que la familia devuelve a la matriarca en forma de vino. Aunque aún no está en el mercado, tuvimos la suerte de catarlo y nos encantó.

A pesar de que el negocio de los vinos representa el 4% de la facturación del grupo, sus vinos son exportados a Alemania, Austria, Irlanda, Florida y Luxemburgo con una extraordinaria aceptación.

El negocio principal del Grupo Tudanca lo conforma el área de restauración y hoteles, que supone el 70% de su cifra de negocio. Con presencia en Aranda del Duero, Miranda de Ebro y Benavente, sus establecimientos hoteleros son sinónimo de calidad y confort. El más destacado es el hotel de 4* Tudanca-Aranda, un hotel temático situado en el corazón de la Ribera del Duero, rodeado de viñedos en su exterior y con claras referencias al mundo del vino en su interior. El hotel alberga el Asador Tudanca donde se puede degustar el lechazo I.G.P., un exquisito manjar, alma de la cocina castellana, que aquí adquiere un sabor inconfundible gracias a un espectacular horno de leña.

Para los amantes del vino y del buen yantar, aquí encontraréis un reducto natural donde iniciar, continuar o terminar vuestro viaje por esta tierra de vinos.