Este inventillo ha sido fruto de dos circunstancias: mi deseo de tomar guacamole y mi mala memoria (se me olvidó comprar aguacates.. )
Ah!..pero tenía calabacines..
Ingredientes:
1 calabacín mediano
1 tomate rojo pequeño
1 trozo de cebolleta
1 manojo de cilantro fresco (sólo las hojas)
Aceite de oliva virgen extra
Limón
Sal
Tabasco
Instrucciones:
Limpiamos el calabacín y le sacamos la pulpa cortándola muy menudita, yo he usado un sacabolas pero podéis usar una cucharilla pequeña.
Le ponemos un pelín de sal y la dejamos escurrir en un colador grande durante media hora.
Pelamos el tomate y lo troceamos pequeñito, hacemos lo mismo con la cebolleta, reservamos.
Lavamos el cilantro y desechamos los tallos, reservamos las hojas envueltas en un paño de cocina, esto es para eliminar el exceso de agua.
Escurrimos el calabacín presionando con la mano y lo introducimos en el vaso de la batidora.
Le añadimos el tomate, cebolleta, cilantro, unas gotas de zumo de limón, unas gotas de aceite de oliva (se me ocurrió para aportarle un poco de cremosidad al no llevar aguacate) y unas gotas de Tabasco.
Trituramos al gusto.
Rectificamos de sal.
Si vemos que no nos queda muy espeso, lo ponemos sobre un colador de malla fina y dejamos un ratito en el frigo que escurra un poco más.
Servimos con nachos, yo no tenía y troceé unas tortitas mexicanas, las pinté con un poco de aceite mezclado con colorante y las tosté en la sartén hasta que estuvieron crujientes.
Espero que os guste.
Sin duda es un “Guacamole” con menos calorías y está riquísimo, doy fe…