Anda por el blog desde hace un par de años el comentario de un guachinche en Santa Úrsula, del que nunca supe el nombre, y en el que, aunque se comía muy bien, lo destacable, por inusual (es la primera y única vez que lo he visto), es que el dueño se cabreaba, y mucho, según se le iba llenando el guachinche. Cuando llegaba el aforo a un nivel que el consideraba suficiente (quizá medio comedor), el hombre tiraba con ganas de la puerta de corredera, y cerraba con estruendo el garaje: Allí no entraba nadie más hasta que volviera a tener la situación controlada (ni entraba casi aire para los que estábamos dentro). Lo que en un principio uno llegaba a entender (era un señor mayor, sin experiencia, sólo con su señora, y puede ser que se agobiara) y encontraba hasta gracioso, a medida que íbamos se fué tornando en situaciones cada vez más incómodas, hasta el punto en que un día en que le llevé diecisiete personas a comer, y aún estando el comedor casi vacío, me echó un pedazo de bronca, no por ir sin reservar (que tampoco justificaría el ponerse así), sino por ir con tanta gente. Todavía recuerdo la frase "¡no me hagas esto un Domingo, hombre!". ¿...?. Se puso de un desagradable que acabamos por irnos de allí sin comer, y por supuesto no volvimos más. Esta batallita me vino a la memoria porque vi que hace poco, en ése mismo local, habían abierto el Guachinche del que les hablo hoy. Espero pues que sea para bien de los señores que lo atendían antes, y, sobre todo el señor, estén ya disfrutando de un merecido descanso, libres de tanto estrés. Como decía, vimos un cartel indicador junto a la carretera general, y subimos la pequeña pendiente que lo separa para curiosear, aunque no íbamos con intención de comer. Al final nos sentamos y picamos un par de cositas, que les pongo hoy como pequeña muestra de lo que aquí preparan. Aunque no ha cambiado tanto, la verdad es que no recuerda mucho al guachinche que había la última vez que fuí. La pequeña reforma (que no sé si se ha hecho ahora o por el anterior equipo), decorando un poco más el comedor y la barra, y sobre todo, cerrando la parte de la cocina, que antes estaba a la vista, le dan un aire más a Bodegón (de hecho, la factura encabeza con "Guachinche Bodegón"). En su carta ofrece Cordero o Mollejas, además de lo que pueden apreciar haciendo click sobre la foto de la izquierda. Para probar algo de lo que preparan y compartirlo también con ustedes aquí, pedimos una medias raciones. La de Garbanzas estaba tremenda. Estas entran en el Top 5 de las mejores que hemos probado. También estaba rico el fresco salpicón de atún. Alguien lo podría encontrar demasiado picado todo, pero precisamente me gustó eso, lo menudito que estaba y la textura agradable en boca. Terminamos con una buena Carne fiesta, muy sabrosa. Acompañamos con un vinito blanco con seven up, que bajaba como nada, y un refresco. Nos atendieron muy bien, tuvieron el detalle de sacar un postre de fresas con nata (en este caso de nata con fresas, porque no daba para más), de donde no lo había. Mi hijo pequeño había visto pasar un plato de este postre, pero no lo preparaban, y allí hicieron lo que pudieron. Lo que probamos estaba muy bueno, así que supongo que se comerá muy bien allí. Ya me contarán, Y de precio, en la media de los guachinches. Por lo que pedimos pagamos menos de 15 euros. Mucha suerte al equipo del Mojo Picón, y que sólo se les pegue lo bueno de lo que había antes. Dirección: Paseo de Cala, 7 SANTA ÚRSULA Teléfono: 628-123 683 Coordenadas:Latitud: 28.4245872 (28º 25' 28.51" N)Longitud: -16.493431699999974 (16º 29' 36.35" W)