Vuelven los novios de la muerte, la banda de Úbeda, Jaén, y que ha editado su cuarto trabajo de estudio, todos ellos en años impares y con el mismo título, el de la banda, algo que ya se ha convertido en ritual. Si el anterior trabajo que abrió su paleta enormemente fue grabado en Londres, aquí lo han hecho en Sevilla, en el estudio de La Mina, famoso al parecer por sus equipos de sonido, su piscinita y sus barbacoas. También ha sido la primera vez que el grupo ha grabado cómodo y con tiempo, viendo la evolución de los temas, en los anteriores discos era todo en dos días para captar la esencia del momento y rápido. Pero bueno, esta vez ha sido así, porque ya se sabe que hay veces que tocas una canción, y en esa toma es la mejor, aunque desde luego se les nota contentos con lo realizado, y con el confort que han tenido en terreno amigo, es como jugar en casa.
Por si fuera poco Pedro de Dios, voz y guitarra del combo, ya empezó en el anterior disco a añadir interesantes matices con su voz que aquí sigue avanzando. Carlos Jimena a la batería y Paco Luis Martos al washtub bass y bajo siguen conformando el trío y siguen obsesionados con la ultratumba, los gatos asesinados, la nocturnidad, el malditismo, el rollo santero mexicano, mientras su música sigue siendo puro y duro blues, donde la guitarra de Perico de Dios sigue disparando ráfagas a diestro y siniestro, siendo el eje central de todo.
Aquí nos encontramos con el nuevo disco de Guadalupe Plata, donde las ideas de Perico de Dios que pasan por su cabeza, se plasman, con la ayuda de sus dos compinches, en la base ideal para un aquelarre sonoro, que podría servir de ayuda a sesiones de espiritismo y demás.Os dejo con Nido de avispas, interpretada en la Sala Fun House hace pocas fechas.