Guardiana del norte

Por Deb Pita
Esta semana he tenido la guardia de centro de salud en Sta. María de Guía

Echándole unas cifras para que te hagas una idea: Guía está a sólo 30 min. por la GC-2 (en dirección norte) de mi domicilio en Las Palmas de Gran Canaria, pero como se entra después de la jornada de trabajo, he tenido que cubrir unos 58 kms desde mi centro de salud habitual. Vamos, si lo ves en un mapa sería equivalente a bordear la isla de Gran Canaria de punta a punta. Podría haberla cruzado si no estuviera en medio el Roque Nublo. En el gps dice que se tarda 50 min. pero hay que contar con que la GC-2 tiene tramos de carretera que cruzan pueblos y por los que se debe circular a 50 kms/h. Hay vecinos que cuando abren la puerta de sus casas te pueden saludar con la mano al pasar. La media de edad de los pacientes que atendimos en Guía eran los 25 años, mientras que el cupo de mi tutora rondará los 65 años. El viento en el norte no sopla con tanta fuerza. La diferencia de temperatura en Guía es unos 5ºC menos que en Las Palmas y 8-10ºC menos que en mi centro de salud. Yo llegué con mi bronceado sureño y la gente iba con rebeca por la calle. Aunque a las gentes de Guía el fresco nocturno no les impide ir de visita a Urgencias, aunque estén las luces apagadas y sepan que estamos durmiendo. 

NOTA: amigos que van a hacer guardias de centro de salud próximamente, aunque se cierre la puerta y se apaguen las luces, los dolores torácicos llaman al timbre a eso de las 2 de la mañana. 
Vale, de acuerdo, no pienso quejarme por tener una guardia estupenda. No diré cuantas horas dormí por si las moscas, no quiero que nadie me envidie más aún. Y hablando de dormir, me gustaría contar una cosa muy curiosa entre tú y yo. Los centros de salud no son como el hospital, que tienen cama y comida. Allí tienes que llevártelos. Así que tuve que ir bien preparada con mi cena y mi atrezo (sábanas, almohada y mantita de viaje, cepillo de dientes y pasta, antiojeras y el programa EVA en la tablet). Al principio cuando lo piensas, suena un poco extraño pero cuando ves que el resto de tu equipo de guardia llega igualmente cargado con los sacos de dormir y la tortilla de papas, te acuerdas de que a ti siempre te gustó pasar la noche fuera.