El temerario aventurero Peter Quill es objeto de un implacable cazarrecompensas después de robar una misteriosa esfera codiciada por Ronan, un poderoso villano cuya ambición amenaza todo el universo. Para poder escapar del incansable Ronan, Quill se ve obligado a pactar una complicada tregua con un cuartero de disparatados inadaptados: Rocket, un mapache armado con un rifle, Groot, un humanoide con forma de árbol, la letal y enigmática Gamora y el vengativo Drax el Destructor. Pero cuando Quill descubre el verdadero poder de la esfera, deberá hacer todo lo posible para derrotar a sus extravagantes rivales en un intento desesperado de salvar el destino de la galaxia.
He de reconocer que el universo cinematográfico que ha creado Marvel basado en sus propios cómics me fascina. Así películas como Iron Man (2008), The Incredible Hulk (2008), Iron Man 2 (2010), Thor (2011), Capitán América: el primer vengador (2011), Los Vengadores (2012), Iron Man 3 (2013), Thor: The Dark World (2013) y Capitán América: El Soldado de Invierno (2014) comparten configuración, personajes y actores. También tengo que reconocer que cuando Marvel anunció Guardianes de la Galaxia para verano de 2014, el proyecto no me llamó en absoluto la atención. Bien es cierto que aportan un toque de frescura, una historia desconocida para la mayoría de nosotros, pero eran los personajes los que no me terminaban de convencer. ¿Cómo iba a congeniar ese grupo tan heterogéneo? Roocket el mapache y Groot el arbusto, ambos recreados por ordenador. El típico guaperas chuleta de Chris Pratt, la (no tan) buenorra Zoe Saldana, y el fortachón Drax, interpretado por nada menos que Batista, ¡el de la WWE! A mí entender de esta película se podían esperar muchas cosas, y no del todo buenas, y el posterior trailer no mejoró mis expectativas, ya que mostraba que el tono que iba a utilizar su director, James Gunn, era una mezcla entre épica y humor que podía llegar a ser hasta ridículo. Sin duda una apuesta arriesgada, pero Guardianes de la Galaxia se estrenó hace una semana en EE.UU siendo un éxito en taquilla, cosechando buenas críticas entre prensa y espectadores, y tildándola como “mejor Blockbuster del verano”. Así que mis ganas de darle una oportunidad crecieron exponencialmente.
Y ahora que he visto la película tan solo puedo preguntar, ¿es que estamos locos? “¿Lo mejor que ha hecho Marvel hasta la fecha?” “¿La nueva Star Wars?” Debo ser de otra galaxia, porque, aunque la película entretiene, y supera mis expectativas con creces, no es mejor que Los Vengadores o El soldado de invierno, ni muchos menos comparable a Star Wars. Argumento sin ninguna trampa, elementos que hemos visto miles de veces, personajes llenos de clichés, y un malo, que poco o nada tiene de carisma. Y sin embargo es el tono de la película, lo que más me preocupaba desde que vi el trailer, lo que hace que la historia funcione. La sensación de continua ironía, de no tomarse demasiado en serio a sí misma, una parodia de este subgénero de superhéroes que Marvel está sobreexplotando tanto últimamente. Josh Wheddon es un genio del humor y los buenos diálogos, pero James Gunn nos ofrece unos cuantos gags a su altura, que hizo que la sala de cine estallase a carcajadas en diversas ocasiones. Minipunto para él y su original forma de aunar humor, aventura y ciencia ficción.
En cuanto a los personajes, mi otro gran drama fue resuelto gratamente. La química entre los protagonistas es inmejorable. El trabajo que hizo el director con los actores fue muy bueno, en especial Batista, que sin pertenecer al gremio nos brinda una actuación nada criticable. Roocket y Groot, personajes creados digitalmente, algo que al principio, no convencía a muchos fans, hacen un dueto estupendo. Quill queda bastante graciosete, y su gusto musical nos enamorará a muchos, siendo Gamora el personaje más flojo. Otra cosa que no entendí, y explotaron poco y mal, es el interés romántico entre Gamora y Quill. Supongo que está ahí porque parece que en toda película tiene que haber una mínima dosis de romanticismo. En cuanto a los personajes malos no podemos decir lo mismo. Marvel sigue sin encontrar un villano que esté a la altura de las circunstancias. Ronan es malo malísimo, porque alguien tiene que ser malo malísimo, pero su personalidad es nula. Planea acabar con el planeta Xandar por, ¿odio? ¿Ambición? ¿Justicia? ¿Una mezcla de estas? Si es así, el guión del film no te permite profundizar en ningún momento cual es el ideal de Ronan.El único villano que impone un poco es su compinche Thanos, al que vimos en la escena post-créditos de Los Vengadores, y a quien sin duda veremos en próximas películas del estudio. Por otro lado, me esperaba más de los papeles de Benicio del Toro y Glenn Close que se resumen en simples cameos, una pena desperdiciar tanto talento. Aunque para Cameo estelar, y esto siempre me pasa cuando veo una película de Marvel, el de Stan Lee.
Resuelto de buena manera el tema del tono, y la compenetración de los personajes protagonistas, llegamos al argumento, y ahí es donde la historia flojea. La trama es tan simple que no me convenció, al igual que las motivaciones de los protagonistas. Pasan de ser unos pringaos a salvadores del universo, ¿por qué? ¿Por qué si a priori son unos malhechores deciden dar la vida por un planeta que no es el suyo? ¿Si quieren ayudar por qué no simplemente avisan al Cuerpo Nova y que se encarguen ellos? ¿Por qué no huyen al otro extremo de la galaxia y salvan su pellejo? ¿Qué les hace cambiar? Tal vez fuera una actitud justificable en Drax y Gamora, que se mueven por venganza hacia Ronan, ¿pero los otros tres? El discurso de: “antes éramos unos perdedores y ahora podemos hacer algo grande”, no me termina de convencer, y a lo que voy es: ¿qué les hace querer ser ‘Guardianes de la Galaxia’? Simple y llanamente moralina.
Los efectos especiales son alucinantes, pero es lo mínimo que deberíamos pedir a una película de 170 millones de dólares. Grabado de una manera en la que el 3D funciona, en el aspecto visual, destacar la paleta de colores tan vivos, que hacen de los escenarios un auténtico paraíso para la vista. Otro elemento a la altura de los escenarios es la banda sonora. Nacido en los ochenta, Peter Quill lleva a todos lados su walkman con música de los 70/80 dotando a la película de personalidad, y creando un clima atípico en este subgénero espacial. Podremos escuchar entre otros a los Jackson 5, David Bowie, The Runaways, o la estupenda "Hooked on a Feeling" de Blue Swede, que se ha convertido en himno de la película.
En definitiva, un toque de aire fresco para un estudio que nos bombardea a secuelas. Consigue su cometido que es entretener, y un par de gags te sacarán una sonrisa. Pero no nos engañemos, Guardianes de la Galaxia no se puede comparar con Star Wars, Star Trek, o incluso, Los Vengadores, porque a demás de contar con un argumento mucho más sencillo, no utiliza el mismo tono para contarnos una historia épica.
Crítica de nuestra colaboradora Laura Magaña. (@Lauramm92) Gracias ! ;)
Publicado por Carlos Benjamín