En esta ocasión la acción transcurre en la compleja ciudad de Ankh Morpork, donde el crimen y los robos están casi legalizados mientras la ciudad vive en un estado de anarquía contínua. El gobernante de esta histérica ciudad es el patricio, Lord Vetinari, un hombre austero que lo controla todo al detalle con la ayuda de su ayudante Lupine Wonse. Pero parece ser que todo no lo controla, porque en una de estas, una sociedad súpersecreta llamada Los Hermanos Esclarecidos (los cuales son bastante cortos hay que decir) convocan a un dragón que arrasará la ciudad literalmente y hará que se produzcan importantes cambios (como pa no). Por otra parte tenemos a Zanahoria, un enano de dos metros y fuerte como un luchador de sumo que se incorporará a la Guardia de la ciudad, la cual es un servicio de postureo que nadie respeta (ni sus tres integrantes). Zanahoria llegará con muchas ganas de cumplir la ley, algo que no es nada compatible en Ankh Morpork. Por tanto, tenemos a un dragón que está aterrorizando a la ciudad y a la Guardia de la ciudad, liderada por el Capitán Vimes, un borracho de gran corazón, que tendrá que hacer frente a esta situación nada convencional.
Las risas están aseguradas al 200%, por lo que si alguien desea empezar a leer a Pratchet, seguramente todos los fans de la saga le recomienden esta novela.
“Se decía que, como una gran cantidad de magia puede distorsionar seriamente el mundo cotidiano, la biblioteca no obedecía las normas habituales de espacio y tiempo. Se decía que era infinita. Se decía que uno podía vagar días y días entre las estanterías más lejanas, que había tribus de estudiantes e investigadores perdidos, que en algunas zonas habitaban cosas extrañas, perseguidas por otras cosas aún más extrañas.J
JCientíficamente hablando, la ecuación es la siguiente:
Conocimiento _ poder_ energía- materia_ masa; una buena librería es, en realidad, un discreto agujero negro que sabe leer.
“Los tengo atrapados, pensó el Gran Maestro Supremo. Dioses, qué bien se me da esto. Puedo tocar sus cerebros como si fueran un xilófono. El poder de lo vulgar es increíble. ¿Quién habría pensado que la debilidad sería una energía mucho más poderosa que la fuerza? Pero hay que saber canalizarla. Y yo sé.”