Guardiola se decanta por el menor riesgo que ofrece el Bayern, la bestia negra del Madrid

Publicado el 26 enero 2013 por Aposilio @aposilio

El ex entrenador del Barça descarta la tensión de la Premier y opta por el poderío que disfruta el conjunto bávaro en Alemania y, de paso, por revitalizar al mayor rival de los blancos en Europa


Fuente: canalcncarauca.com

Pep Guardiola ha optado por el Bayern porque es el club en el que menos posibilidades tiene de fracasar. La entidad de Munich es lo más parecido al Barcelona que se puede encontrar por Europa, tanto en dimensión, como en filosofía de equipo, como en estilo de juego. De ahí que haya preferido la seguridad que ofrece dirigir al mejor equipo de la Bundesliga de la historia y del momento, frente a las veleidades que suponía manejar el destino de algún equipo inglés, léase Chelsea o Manchester City, en manos de estrambóticos multimillonarios complicados de digerir y de manejar, que controlan equipos con muchas menos opciones de triunfo que el conjunto bávaro. De paso, el técnico de Santdepor se estimulará sabiendo que guiará la manija de la bestia negra del Real Madrid en Europa, un acicate más para intentar continuar en Alemania los numerosos éxitos que sumó en Barcelona.
El ex preparador azulgrana ha dejado atrás los contratos anuales que firmaba con el Barça y ha plasmado su rúbrica en un acuerdo por tres años, tiempo suficiente para ir imponiendo sus ideas en un club serio, estable, profesionalizado, bien estructurado y con prestigiosos ex jugadores ocupando los puestos de responsabilidad: Franz Beckenbauer figura como presidente honorífico, Karl-Heinz Rummenigge ejerce de presidente ejecutivo, Uli Hoennes preside el consejo de vigilancia y Matthias Sammer es el director técnico. Todos ellos son jugadores a los que Guardiola admiró en su momento. Además, es un club saneado económicamente, con un claro proyecto internacional de extenderse por los mercados emergentes, especialmente los asiáticos y de Oriente Medio. Y sin urgencias nacionales, pues presume de 22 Bundesligas (17 más que el Borussia de Dortmund y cinco de ellas en las diez últimas temporadas), y 15 Copas, aunque sí con ciertas prisas continentales, al lucir cuatro Copas de Europa (tres en los setenta y la última en la 2000/2001, en la final ganada al Valencia) y dos Intercontinentales.

Fuente: elcomercio.pe

Para mayor gusto del considerado por muchos mejor entrenador del mundo (en el Barça sumó 14 de los 19 títulos posibles en cuatro temporadas), al Bayern le gusta contar con la cantera, pues actualmente dispone en el once titular de cuatro jugadores llegados de los equipos inferiores y que integran la estructura básica del grupo: el lateral y capitán Lahm, los centrocampistas internacionales Schweinsteiger y Kroos, y el delantero internacional Müller. Además, le gusta combinar el producto nacional con lo mejorcito del mercado europeo, como Ribéry y Robben, aunque a veces también lleva a cabo dispendios, como el gastarse 40 millones de euros en el ex rojiblanco Javi Martínez. Con estos cualificados mimbres, más las destacadas incorporaciones que seguro demandará el técnico español, estará muy cerca de situar de nuevo al Bayer en lo más alto de la Bundesliga, e intentará dar el paso definitivo de calidad que le coloque a la par del Barcelona y del Madrid en Europa. Además, le será menos complicado convencer a estos jugadores de las delicias del toque que a los británicos, más dados al puntapié y tentetieso.
Es seguro que Guardiola buscará que el equipo teutón juegue con el toque y la presión como banderas, pero es improbable que logré el nivel que adquirió con los azulgrana, pues entre sus futuros pupilos no estarán los Xavi, Iniesta y Messi, que están marcado una época en el fútbol mundial. Pero la autoridad que impone su prestigio le faculta para intentar incorporar al eterno potencial físico y la entrega germana, el glamour que otorga el control absoluto del balón. Característica que llevan cierto tiempo introduciendo en el fútbol alemán entrenadores como Joachim Löw, seleccionador, o Jürgen Klopp, del Borussia de Dortmund. Esta es una de las razones, junto con los asequibles precios de las entradas, que han hecho que los estadios alemanes estén abarrotados en casi todos los partidos, aunque los clubes ingresan diez veces menos que los ingleses por derechos de televisión. Diferencias que seguro que disminuirán con la llegada de técnico catalán.

Fuente: memedeportes.com

Teniendo claro que Pep Guardiola no quiere saber nada del Real Madrid ni de la Liga española, llama la atención que haya preferido la organización y el bienhacer de la Bundesliga frente al glamour, la liturgia y el poderío económico de la Premier. Pero cuando un profesional va a ingresar 17 millones de euros por temporada, según han publicado varios medios alemanes, los 22 ofrecidos por los clubes británicos no deslumbran, a pesar de que admira la mística de ese campeonato. Y si de paso no tiene que aguantar los caprichos de unos magnates que no buscan estilo, sino solo títulos, ni la presión de unos medios de comunicación que iban a acosar hasta el catre a una figura tan llamativa como la del principal referente del estilo futbolístico más atractivo hoy en día, pues mejor que mejor.
Y como guinda de un sabroso pastel, el elegante preparador catalán seguirá teniendo al Real Madrid como su más ansiada pieza de caza, pues si en la Liga el Barcelona es el alter ego madridista, en Europa este importante papel lo protagoniza el Bayern. La rivalidad de ambos clubes es máxima y la historia ha escrito páginas muy brillantes en estos enfrentamientos, y otras dignas de olvido. De hecho, de la diez ocasiones en que se han enfrentado en la máxima competición continental, en seis de ellas ha salido airoso el conjunto miniqués. Muy pocos equipos del mundo pueden presentar un balance tan positivo ante los blancos en su currículum. Así, Guardiola podrá volver a garabatear en el historial del mejor club del siglo XX, mientras que los madridistas tendrán una nueva oportunidad para derrotar por primera vez a un equipo dirigido por el técnico de Santdepor. Pero, seguramente, no será ya con Mourinho en el banquillo, personaje al que el ex barcelonista quiere evitar por encima de todo. Y aunque esta razón no es decisiva en su elección, produce alivio.